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10 Parábolas de Jesús: Citas Bíblicas que Iluminan


Las parábolas de Jesús son relatos breves que nos enseñan lecciones espirituales profundas. A través de estas historias, Jesús nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y nuestro prójimo. En esta ocasión, queremos compartir contigo 10 parábolas de Jesús con sus citas bíblicas, para que puedas meditar en ellas y encontrar inspiración en tu vida diaria.

1. Parábola del sembrador (Mateo 13:3-9)
“Y salió el sembrador a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Y otra parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y otra cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero otra cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.”

2. Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:4-7)
“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: ‘Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.’ Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.”

3. Parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32)
“Y dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.’ Y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!'”

4. Parábola del buen samaritano (Lucas 10:30-37)
“Jesús respondiendo, dijo: ‘Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, los dio al mesonero, y le dijo: ‘Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.'”

5. Parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31)
“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.”

6. Parábola de los dos deudores (Lucas 7:41-43)
“Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?”

7. Parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18:9-14)
“También dijo esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros: ‘Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: ‘Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.’ Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘Dios, sé propicio a mí, pecador.'”

8. Parábola de la vid verdadera (Juan 15:1-8)
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Si alguno no permanece en mí, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”

9. Parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13)
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!’ Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.’ Pero las prudentes respondieron diciendo: ‘Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.’ Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’ Mas él, respondiendo, dijo: ‘De cierto os digo, que no os conozco.'”

10. Parábola de los talentos (Mateo 25:14-30)
“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.’ Su señor le dijo: ‘Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’ Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: ‘Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.’ Su señor le dijo: ‘Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’ Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: ‘Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.’ Respondiendo su señor, le dijo: ‘Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.'”

Estas parábolas de Jesús nos enseñan valiosas lecciones sobre la fe, el amor, la misericordia y la responsabilidad. Nos invitan a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y cómo podemos vivir de acuerdo a sus enseñanzas. Que estas palabras de Jesús nos inspiren a ser mejores discípulos y a vivir de acuerdo a su voluntad.

10 Parábolas De Jesús Con Sus Citas Bíblicas
10 Parábolas De Jesús Con Sus Citas Bíblicas
10 Parábolas De Jesús Con Sus Citas Bíblicas