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50 Citas Bíblicas de los Milagros de Jesús


Introducción: Los Milagros de Jesús: Citas Bíblicas que Muestran su Poder

Los milagros de Jesús son eventos sobrenaturales que demuestran su poder divino y su capacidad para sanar, liberar y transformar vidas. A través de estos actos, Jesús demostró su amor incondicional y su deseo de llevar esperanza y salvación a todos. A continuación, encontrarás 50 citas bíblicas en español que hablan sobre los milagros de Jesús.

H2: Milagros De Jesus Citas Biblicas

1. Mateo 14:14 – “Cuando Jesús salió de la barca, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos”.

2. Juan 2:11 – “Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él”.

3. Lucas 8:43-48 – “Una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre”.

4. Marcos 1:25-26 – “Reprendió Jesús al espíritu inmundo, diciendo: Cállate, y sal de él. Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia y clamando a gran voz, salió de él”.

5. Juan 9:6-7 – “Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo”.

6. Lucas 7:14-15 – “Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, ¡levántate! Y el que había muerto se incorporó y comenzó a hablar. Entonces lo entregó a su madre”.

7. Mateo 9:2 – “Vino a él un paralítico, llevado por cuatro hombres. Y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo; tus pecados te son perdonados”.

8. Marcos 1:40-42 – “Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y lo tocó, y le dijo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él, y quedó limpio”.

9. Lucas 5:17 – “Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar”.

10. Juan 4:46-53 – “Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. Este, al oír que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, porque estaba a punto de morir”.

11. Mateo 15:30-31 – “Vino a él mucha gente llevando consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel”.

12. Marcos 5:25-29 – “Vino también una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto”.

13. Lucas 7:11-15 – “Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad”.

14. Juan 11:43-44 – “Habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadlo, y dejadlo ir”.

15. Mateo 20:30-34 – “Y he aquí dos ciegos que estaban sentados junto al camino, y cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y la gente les reprendía para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!”.

16. Marcos 9:17-27 – “Uno de la multitud le respondió: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo. Y cuando sea que se apodera de él, lo tira al suelo; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron”.

17. Lucas 22:50-51 – “Entonces uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Pero Jesús respondiendo, dijo: Dejad hasta aquí, basta. Y tocando su oreja, lo sanó”.

18. Juan 11:1-44 – “Había un hombre enfermo, Lázaro de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos). Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo”.

19. Mateo 12:13 – “Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra”.

20. Marcos 7:32-37 – “Le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en los oídos de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: ¡Efata, es decir: ¡Ábrete! Al momento fueron abiertos sus oídos, se desató la ligadura de su lengua, y hablaba sin dificultad”.

21. Lucas 6:6-11 – “En otro día de reposo, entró también en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y los escribas y los fariseos acechaban si en el día de reposo lo sanaría, para hallar de qué acusarle. Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía seca la mano: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie”.

22. Juan 5:2-9 – “Y estaba allí en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tenía cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después de haberse agitado el agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese”.

23. Mateo 9:27-31 – “Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos”.

24. Marcos 2:1-12 – “Entró Jesús otra vez en Capernaúm después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él trayendo un paralítico, que era llevado por cuatro”.

25. Lucas 4:38-39 – “Levantándose Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre, y la fiebre la dejó; y levantándose ella al instante, les servía”.

26. Juan 6:5-14 – “Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco”.

27. Mateo 9:18-19 – “Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos”.

28. Marcos 7:24-30 – “Levantándose de allí, partió hacia la región de Tiro, y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo ocultarse. Porque una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era griega, sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio”.

29. Lucas 4:40-41 – “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo”.

30. Juan 6:1-14 – “Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía una gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos”.

31. Mateo 15:32-39 – “Entonces Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. Y sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?”.

32. Marcos 8:22-26 – “Vino entonces a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que lo tocase. Y tomándole por la mano, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos”.

33. Lucas 4:33-36 – “Había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu de demonio inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo sé quién eres, el Santo de Dios. Pero Jesús le reprendió, diciendo: Cállate y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él, sin hacerle daño alguno”.

34. Juan 5:1-9 – “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua”.

35. Mateo 21:14 – “Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó”.

36. Marcos 6:41-44 – “Y tomados los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo, los bendijo, los partió y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente. Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños”.

37. Lucas 5:17-26 – “Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y sucedió que unos hombres llevaban en un lecho a un hombre que estaba paralítico; y procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él”.

38. Juan 6:16-21 – “Cuando llegó la noche, sus discípulos descendieron al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaúm. Pero ya había oscurecido, y Jesús no había venido a ellos. Y el mar se levantaba con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo”.

39. Mateo 8:16-17 – “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.

40. Marcos 10:46-52 – “Después vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”.

41. Lucas 17:11-19 – “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los v