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50 Citas Bíblicas para la Santa Cena


Citas Bíblicas Para Santa Cena: Una Celebración de Fe

La Santa Cena es un momento sagrado en la vida de los creyentes, en el cual recordamos el sacrificio de Jesús en la cruz y renovamos nuestra fe en Él. A través de la Palabra de Dios, encontramos enseñanzas y promesas que nos guían en esta celebración tan especial. Aquí te presentamos 50 citas bíblicas para la Santa Cena:

1. Mateo 26:26-28: Mientras comían, Jesús tomó el pan y, después de dar gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo». Luego tomó la copa y, habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: «Bebed todos de ella, porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados».

2. Lucas 22:19-20: Y tomó pan, dio gracias, lo partió y les dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí». De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama».

3. 1 Corintios 11:23-26: Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan; y cuando había dado gracias, lo partió y dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí». Asimismo, tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí». Porque todas las veces que coméis este pan y bebéis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

4. Juan 6:53-56: Jesús les dijo: «De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él».

5. Hechos 2:42: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

6. Hechos 20:7: El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

7. 1 Corintios 10:16: La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

8. 1 Corintios 10:17: Puesto que el pan es uno solo, nosotros, con ser muchos, somos un solo cuerpo; pues todos participamos de un mismo pan.

9. 1 Corintios 11:27-29: De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.

10. Gálatas 3:27: Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

11. Efesios 1:7: En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia.

12. Efesios 2:13: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

13. Efesios 5:2: Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

14. Filipenses 3:10: A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.

15. Colosenses 1:20: Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

16. Hebreos 2:14: Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.

17. Hebreos 9:12: Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

18. Hebreos 9:22: Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

19. Hebreos 9:28: Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

20. Hebreos 10:19-22: Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

21. Hebreos 12:2: Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

22. Hebreos 13:10-16: Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre lleva el sumo sacerdote para expiación en el santuario, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio. Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

23. Apocalipsis 1:5-6: Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.

24. Apocalipsis 5:9-10: Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra».

25. Apocalipsis 7:14: Yo le dije: «Señor, tú lo sabes». Y él me dijo: «Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero».

26. Apocalipsis 19:7-9: Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: «Escribe: ‘Bienaventurados los que son llamados a la cena del Cordero'». Y me dijo: «Estas son palabras verdaderas de Dios».

27. Juan 6:35: Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás».

28. Lucas 24:30-31: Y aconteció que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.

29. Juan 6:51: Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

30. 1 Corintios 5:7: Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

31. 1 Corintios 11:24: Y después de haber dado gracias, lo partió y dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí».

32. Juan 1:29: El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo».

33. Efesios 2:16: Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

34. Colosenses 1:14: En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

35. Hebreos 7:24-25: Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

36. Mateo 5:23-24: Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

37. Mateo 26:27-28: Y tomó la copa, y dio gracias, y les dio, diciendo: «Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados».

38. Marcos 14:22-24: Y mientras comían, Jesús tomó pan, y bendijo, lo partió y les dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo». Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. Y les dijo: «Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada».

39. Lucas 22:17-20: Y tomando la copa, habiendo dado gracias, dijo: «Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga». Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí». De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama».

40. Juan 6:55-56: Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

41. 1 Corintios 10:21: No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.

42. 1 Corintios 11:25: Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí».

43. 1 Corintios 11:26: Porque todas las veces que coméis este pan y bebéis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

44. 1 Corintios 11:28: Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

45. 1 Corintios 11:30: Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

46. Juan 6:53: Jesús les dijo: «De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros».

47. Hechos 2:46: Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.

48. Hechos 20:11: Entonces subió, partió el pan y comió, y después habló largamente hasta el amanecer; y así partió.

49. Romanos 12:5: así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

50. 1 Corintios 12:27: Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

La Santa Cena nos invita a reflexionar sobre el amor de Dios manifestado a través del sacrificio de Jesús. Estas citas bíblicas nos recuerdan la importancia de este momento de comunión y nos animan a participar con reverencia y gratitud. Que al celebrar la Santa Cena, podamos renovar nuestra fe y fortalecer nuestra relación con Dios. ¡Bendiciones!