Conéctate Con Dios

50 Citas Bíblicas sobre la Eucaristía


Citas Bíblicas Que Hablen De La Eucaristía

La Eucaristía es uno de los sacramentos más importantes en la tradición católica. A través de la Eucaristía, los fieles reciben el Cuerpo y la Sangre de Cristo en forma de pan y vino consagrados. Esta práctica está respaldada por numerosas citas bíblicas que hablan sobre la Eucaristía. A continuación, encontrarás 50 versículos bíblicos sobre este sacramento sagrado.

1. Juan 6:53-54 – “En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”.

2. Mateo 26:26-28 – “Mientras estaban comiendo, Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio a sus discípulos y dijo: ‘Tomen y coman; esto es mi cuerpo’. Luego tomó una copa, y después de dar gracias, se la entregó, diciendo: ‘Beban de ella todos ustedes, porque esta es mi sangre, la sangre del pacto que se derrama por muchos para el perdón de los pecados'”.

3. Marcos 14:22-24 – “Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: ‘Tomen; esto es mi cuerpo’. Después tomó una copa, y después de dar gracias, se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: ‘Esto es mi sangre, la sangre del pacto, que se derrama por muchos'”.

4. Lucas 22:19-20 – “Luego tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que se da por ustedes; hagan esto en memoria de mí’. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: ‘Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que se derrama por ustedes'”.

5. 1 Corintios 10:16-17 – “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Puesto que hay un solo pan, nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese mismo pan”.

6. Hechos 2:42 – “Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración”.

7. Hechos 20:7 – “El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, y como debía salir al día siguiente, prolongó su discurso hasta la medianoche”.

8. Hechos 20:11 – “Después subió, partió el pan y comió; y después de prolongar su discurso hasta el amanecer, finalmente se fue”.

9. Hechos 27:35 – “Después de decir esto, tomó un pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y comenzó a comer”.

10. Juan 6:35 – “Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca más tendrá sed”.

11. Juan 6:48 – “Yo soy el pan de vida”.

12. Juan 6:51 – “Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, la cual daré por la vida del mundo”.

13. Juan 6:56 – “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él”.

14. Juan 6:58 – “Este es el pan que bajó del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”.

15. Mateo 4:4 – “Escrito está: ‘No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios'”.

16. Juan 1:14 – “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

17. Lucas 24:30-31 – “Y sucedió que cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista”.

18. Lucas 24:35 – “Y ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan”.

19. 1 Corintios 11:23-26 – “Porque yo recibí del Señor lo que también les he enseñado a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: ‘Esto es mi cuerpo, que es para ustedes; hagan esto en memoria de mí’. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: ‘Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que la beban, en memoria de mí’. Así, siempre que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga”.

20. 1 Corintios 11:27-29 – “Por tanto, el que come el pan o bebe la copa del Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Examínese cada uno a sí mismo antes de comer del pan y de beber de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación”.

21. 1 Corintios 11:30 – “Por esta razón, muchos están débiles y enfermos entre ustedes, y muchos han muerto”.

22. 1 Corintios 12:12-13 – “Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un solo Espíritu”.

23. Efesios 1:7 – “En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de su gracia”.

24. Efesios 2:13 – “Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo”.

25. Efesios 5:30 – “Porque somos miembros de su cuerpo”.

26. Filipenses 3:20 – “Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”.

27. Colosenses 1:20 – “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.

28. Hebreos 2:11-12 – “Porque el que santifica y los que son santificados, todos proceden de uno. Por eso, no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: ‘Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te alabaré'”.

29. Hebreos 9:14 – “¿Cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de las obras muertas para que sirvamos al Dios vivo?”.

30. Hebreos 9:22 – “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión”.

31. Hebreos 10:19-22 – “Así que, hermanos, teniendo plena confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, es decir, de su cuerpo, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura”.

32. Santiago 2:26 – “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”.

33. Santiago 5:14 – “¿Está alguno enfermo entre ustedes? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor”.

34. Apocalipsis 1:5-6 – “y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén”.

35. Apocalipsis 3:20 – “¡Miren! Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él y él conmigo”.

36. Apocalipsis 5:9 – “Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: ‘Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación'”.

37. Apocalipsis 19:9 – “Y el ángel me dijo: ‘Escribe: Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero’. Y me dijo: ‘Estas son palabras verdaderas de Dios'”.

38. Juan 12:24 – “Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, produce mucho fruto”.

39. Juan 15:1 – “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador”.

40. Juan 15:5 – “Yo soy la vid, ustedes son las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto; porque separados de mí nada pueden hacer”.

41. Juan 17:21 – “Para que todos sean uno; así como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”.

42. Juan 17:23 – “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectamente unidos y el mundo conozca que tú me enviaste y que los amaste a ellos como también a mí me amaste”.

43. Juan 17:26 – “Les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún más, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos”.

44. Efesios 3:17 – “para que Cristo habite por la fe en sus corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor”.

45. Efesios 4:15-16 – “sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. De él todo el cuerpo, bien ajustado y unido por la cohesión que aportan todas las coyunturas, según el funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor”.

46. Efesios 5:2 – “y vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma”.

47. Colosenses 3:14 – “Y sobre todo esto, revístanse de amor, que es el vínculo perfecto”.

48. 1 Juan 3:16 – “En esto hemos llegado a conocer el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”.

49. 1 Juan 4:16 – “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios permanece en él”.

50. 1 Juan 4:20 – “Si alguno dice: ‘Yo amo a Dios’, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”.

Estas citas bíblicas que hablan de la Eucaristía nos recuerdan la importancia de este sacramento en nuestra fe y nos invitan a participar y reflexionar sobre el significado profundo de la comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Eucaristía es un momento sagrado en el cual experimentamos la presencia viva de Dios en nuestras vidas.