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50 Milagros de Jesús en Citas Bíblicas


Citas Bíblicas De Los Milagros De Jesús: Descubre el poder y la gracia de los milagros realizados por Jesús según la Biblia. Aquí encontrarás 50 versículos bíblicos que destacan los asombrosos hechos y maravillas que Jesús llevó a cabo durante su ministerio terrenal.

1. Mateo 8:2-3 – Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: Quiero, sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra.
2. Mateo 8:16-17 – Al caer la tarde, le trajeron muchos endemoniados; y con la palabra expulsó a los demonios, y sanó a todos los enfermos, para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: Él mismo tomó nuestras debilidades y llevó nuestras enfermedades.
3. Mateo 9:2-7 – Y he aquí, le trajeron un paralítico tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y él se levantó y se fue a su casa.
4. Mateo 9:20-22 – Y he aquí, una mujer que había estado con flujo de sangre por doce años, se acercó por detrás y tocó el borde de su manto. Porque decía para sí: Si toco sólo su manto, seré salva. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquel instante.
5. Mateo 9:27-30 – Al salir Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y cuando Jesús entró en la casa, los ciegos se le acercaron. Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos.

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6. Mateo 12:10-13 – Y he aquí, había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Pero él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cae en un hoyo en día de reposo, no la eche mano y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y fue restaurada sana como la otra.
7. Mateo 14:14 – Jesús, al salir, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
8. Mateo 14:29-31 – Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al instante Jesús extendió la mano y lo sostuvo, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
9. Mateo 15:30-31 – Y se acercó a Jesús mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
10. Mateo 19:26 – Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.

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11. Mateo 20:29-34 – Cuando salían ellos de Jericó, seguía le una gran multitud. Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y la multitud les reprendió para que callaran, pero ellos gritaron más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Jesús se detuvo, llamándolos, y les preguntó: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Señor, que nuestros ojos sean abiertos. Y Jesús, compadeciéndose, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista y le siguieron.
12. Mateo 21:14 – Y se acercaron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó.
13. Marcos 5:25-29 – Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años, y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, antes había empeorado, después de oír a Jesús, vino por detrás entre la multitud y tocó su manto. Porque decía: Si toco sólo sus ropas, seré salva. Y enseguida se le secó la fuente de su sangre, y sintió en el cuerpo que estaba sana de su enfermedad.
14. Marcos 6:5-6 – Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y se asombró de la incredulidad de ellos. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

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15. Marcos 6:56 – Dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.
16. Marcos 7:32-35 – Y le trajeron un sordo y tartamudo y le rogaban que pusiera la mano sobre él. Y Jesús, apartándose de la multitud a solas, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva; y levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: ¡Effatá!, esto es: ¡Ábrete! Al instante se abrieron sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.
17. Marcos 8:22-25 – Y vino a Betsaida; y le trajeron a un ciego y le rogaron que lo tocara. Tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos, y poner sus manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo? Y él, levantando los ojos, dijo: Veo a los hombres, porque veo como árboles, pero los veo caminando. Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y el hombre miró fijamente y fue restablecido, y veía de lejos y de cerca con claridad.

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18. Marcos 9:20-27 – Y se lo trajeron; y cuando lo vio, el espíritu inmediatamente convulsionó al muchacho, y cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde la niñez. Y muchas veces lo ha arrojado tanto en el fuego como en el agua para matarle. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: ¿Si puedes? ¡Todo es posible para el que cree! Inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno, sal de él y no vuelvas a entrar en él. Y después de gritar y sacudirlo violentamente, salió; y el muchacho quedó como muerto, de modo que la mayoría de ellos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó; y él se puso en pie.

19. Lucas 4:38-39 – Después de levantarse de la sinagoga, fue a la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta; y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, reprendió a la fiebre, y ésta la dejó; y ella, levantándose al instante, les servía.
20. Lucas 5:17-26 – Un día, mientras él enseñaba, había allí sentados fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y he aquí, unos hombres llevaban en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y procuraban llevarlo dentro y ponerlo delante de Jesús. Y no hallando por dónde meterle a causa de la multitud, subieron al tejado y por entre las tejas le bajaron con la camilla al centro, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. Los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondiendo les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Al instante se levantó en presencia de ellos, tomó lo que estaba acostado en la camilla, y se fue a su casa glorificando a Dios.
21. Lucas 6:17-19 – Y descendió con ellos y se detuvo en un lugar llano; y había una gran multitud de sus discípulos y una gran cantidad de gente de toda Judea y Jerusalén, y de la costa de Tiro y Sidón, que había venido para oírle y ser sanados de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos eran sanados. Y toda la multitud procuraba tocarle, porque de él salía poder y sanaba a todos.
22. Lucas 7:11-17 – Aconteció después, que él se dirigía a una ciudad llamada Naín; y sus discípulos iban con él, acompañado de una gran multitud. Cuando se acercó a la puerta de la ciudad, he aquí, llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y la acompañaba una gran multitud de la ciudad. Cuando la vio el Señor, tuvo compasión de ella y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y él dijo: Joven, a ti te digo, ¡levántate! Entonces el que había muerto se incorporó y comenzó a hablar. Y se lo dio a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y: Dios ha visitado a su pueblo. Y este rumor acerca de él se difundió por toda Judea y por toda la región circunvecina.

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23. Lucas 8:43-48 – Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años, y que había gastado en médicos todo lo que tenía sin haberse beneficiado en nada, sino que al contrario, había empeorado, después de oír acerca de Jesús, vino por detrás entre la multitud y tocó su manto. Porque ella decía: Si toco sólo sus ropas, seré salva. Y al instante cesó su flujo de sangre, y sintió en el cuerpo que estaba sana de su aflicción. Jesús, dándose cuenta en sí mismo de que su poder había salido, se volvió en la multitud y dijo: ¿Quién ha tocado mis ropas? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta y dices: ¿Quién me ha tocado? Pero él miraba a su alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sucedido, vino y se postró ante él y le dijo toda la verdad.

24. Lucas 9:38-43 – Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo, y he aquí, un espíritu se apodera de él y de repente grita, y lo sacude violentamente, y le hace echar espuma; y escasamente se aparta de él a duras penas, destrozándole. Rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron. Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros y os soportaré? Trae aquí a tu hijo. Pero mientras él se acercaba, el demonio lo derribó y lo sacudió violentamente. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. Y todos estaban asombrados de la grandeza de Dios.

25. Lucas 13:10-13 – Y estaba enseñando en una sinagoga en el día de reposo. Y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía un espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.

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26. Lucas 17:11-19 – Y aconteció que mientras iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon