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El encuentro transformador de la Samaritana: Jn 4 1-30


Cita Bíblica de la Samaritana – Jn 4:1-30

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una hermosa historia que se encuentra en la Cita Bíblica de la Samaritana, Juan 4:1-30. Esta historia nos enseña lecciones valiosas sobre el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

En esta cita bíblica, Jesús se encontraba en su viaje de Judea a Galilea. Durante su camino, pasó por Samaria, una región donde los judíos generalmente evitaban tener contacto con los samaritanos. Sin embargo, Jesús sabía que había una mujer samaritana que necesitaba su amor y salvación.

Jesús se detuvo en un pozo llamado Jacob, y allí se encontró con la mujer samaritana. A pesar de las diferencias culturales y religiosas que existían entre ellos, Jesús no dejó que esto lo detuviera. Él sabía que esa mujer tenía una sed profunda en su corazón, una sed que solo podía ser saciada por el agua viva que Él ofrecía.

Jesús, en su infinita sabiduría y amor, le dijo a la mujer samaritana: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le pedirías, y él te daría agua viva» (Juan 4:10). Estas palabras resonaron en el corazón de la mujer, quien no podía entender cómo un judío, como Jesús, se dirigía a ella, una samaritana.

La mujer le respondió: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?» (Juan 4:11). Jesús le reveló entonces que Él era el agua viva, la fuente de vida eterna. Él le dijo: «El que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4:13-14).

La mujer samaritana quedó asombrada por estas palabras y le pidió a Jesús que le diera de esa agua. Jesús, en su compasión, le reveló todo sobre su vida. Él le dijo: «Ve, llama a tu marido, y ven acá» (Juan 4:16). La mujer respondió: «No tengo marido» (Juan 4:17). Jesús le reveló que sabía toda la verdad y le mostró que Él era el Mesías esperado.

La mujer samaritana, impactada por esta revelación, fue a contarle a todos en su pueblo acerca de Jesús. Ella dijo: «Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo?» (Juan 4:29). Su testimonio fue tan poderoso que muchos samaritanos creyeron en Jesús.

Esta historia de la Samaritana nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra que Jesús no se deja limitar por las barreras culturales o religiosas. Él busca a todos, sin importar su origen o su pasado. Él está dispuesto a ofrecer su amor y salvación a todos los que lo buscan.

En segundo lugar, esta historia nos enseña que Jesús es la fuente de agua viva. En un mundo sediento de amor y paz, solo Él puede satisfacer nuestra sed espiritual. Él nos ofrece vida eterna y una relación transformadora con Dios.

Por último, esta historia nos muestra el poder del testimonio. La mujer samaritana, a pesar de su pasado y las circunstancias, fue usada por Dios para llevar el mensaje de salvación a su pueblo. Su testimonio fue tan impactante que muchos creyeron en Jesús. Todos tenemos un testimonio poderoso que compartir con los demás.

Hermanos y hermanas, que la Cita Bíblica de la Samaritana, Juan 4:1-30, nos inspire a buscar a Jesús como la fuente de agua viva y a compartir su amor con aquellos que nos rodean. Recordemos que no importa cuáles sean nuestras diferencias o nuestro pasado, todos somos amados y buscados por nuestro Señor. Que podamos ser instrumentos en sus manos para llevar su mensaje de salvación a todos los rincones de este mundo sediento.

Cita Bíblica de la Samaritana – Jn 4:1-30

¡Que Dios los bendiga!

Cita Bíblica de la Samaritana – Jn 4:1-30