Salmo 73:23-26 (Reina Valera 1960)
23 Conmigo estás tú; tu diestra me ha sostenido.
24 Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Salmo 73:23-26, un pasaje lleno de esperanza y fortaleza en medio de las adversidades. En estos versículos, el salmista nos muestra su profunda confianza en Dios, su guía y sustento en todo momento.
Cuando leemos el Salmo 73:23-26, podemos sentir la cercanía de Dios en nuestras vidas. El salmista declara: “Conmigo estás tú; tu diestra me ha sostenido”. Estas palabras nos recuerdan que no estamos solos, que en todo momento Dios está a nuestro lado, sosteniéndonos con su mano poderosa. No importa cuán difícil sea la situación que enfrentemos, podemos tener la certeza de que Dios nos acompaña y nos brinda su apoyo incondicional.
Además, el salmista reconoce que Dios lo ha guiado según su consejo. Es reconfortante saber que no somos dejados a nuestra suerte, sino que Dios nos guía en el camino que debemos seguir. Su sabiduría y dirección son perfectas, y podemos confiar en que nos conducirá por el mejor camino. Como dice el Salmo 73:24: “Me has guiado según tu consejo”. Esto nos da la seguridad de que no importa cuán perdidos podamos sentirnos, Dios siempre nos mostrará el camino correcto.
El Salmo 73:25 nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y deseos. El salmista pregunta: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Estas palabras nos hacen reflexionar sobre qué es lo más importante en nuestras vidas. Muchas veces nos dejamos llevar por deseos terrenales, buscando satisfacer nuestras propias ambiciones y placeres. Sin embargo, el salmista nos recuerda que el verdadero deseo debe ser tener a Dios en el centro de nuestras vidas. Él es nuestro mayor tesoro y nada en este mundo puede compararse a su presencia y amor.
El Salmo 73:26 nos muestra la debilidad humana y la fortaleza divina. El salmista reconoce que su carne y su corazón desfallecen, pero encuentra su fortaleza en Dios. Él declara: “Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”. Aunque podamos sentirnos cansados, débiles o desanimados, podemos encontrar nuestra fuerza en Dios. Él es nuestra roca, nuestro refugio seguro en medio de las tormentas. En Él encontramos la paz y la fortaleza necesaria para enfrentar cualquier adversidad que se presente en nuestro camino.
En resumen, el Salmo 73:23-26 nos invita a confiar en Dios en todo momento. Su presencia nos sostiene, su guía nos dirige y su fortaleza nos fortalece. No importa cuán difíciles sean las circunstancias que enfrentemos, podemos tener la certeza de que Dios está con nosotros. Él es nuestro mayor tesoro y nuestra roca inquebrantable. Sigamos confiando en Él y encontraremos la verdadera paz y felicidad que solo Él puede brindar.
Salmo 73:23-26, una promesa de esperanza y fortaleza en medio de las adversidades. Confía en Dios, Él está contigo en todo momento.
Salmo 73:23-26