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¡Salmos 115: Un canto eterno a la grandeza divina!

 


Salmos 115: «No a nosotros, Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad» (RV). Estas poderosas palabras del Salmo 115 nos recuerdan que la gloria y el reconocimiento deben ser atribuidos únicamente a Dios. Es en Su nombre, por Su misericordia y verdad, que debemos encontrar nuestra inspiración y fortaleza.

En este mundo lleno de vanidad y egoísmo, es fácil caer en la trampa de buscar nuestra propia gloria y reconocimiento. La sociedad nos incita constantemente a buscar la aprobación de los demás, a obtener logros que nos hagan destacar y a alimentar nuestro propio orgullo. Sin embargo, como cristianos, debemos recordar que nuestra verdadera identidad y propósito se encuentran en Dios.

El Salmo 115 nos insta a enfocarnos en el nombre de Jehová, a reconocer Su gloria y a buscar Su voluntad en nuestras vidas. Es en Su nombre que encontramos nuestra verdadera identidad y propósito. No somos nosotros quienes merecen la gloria, sino Dios mismo. Él es quien merece todo el reconocimiento y alabanza.

Cuando dirigimos nuestra atención hacia Dios, nuestra perspectiva cambia. Dejamos de buscar la aprobación de los demás y nos enfocamos en agradar a nuestro Padre celestial. Es en Su misericordia y verdad que encontramos consuelo y dirección. En lugar de buscar la gloria terrenal, buscamos la gloria de Dios, sabiendo que Él es quien nos guía y sostiene en todo momento.

Nuestra sociedad tiende a medir el éxito en términos de fama, riqueza y poder. Pero el Salmo 115 nos recuerda que el verdadero éxito se encuentra en vivir una vida en obediencia a Dios. No importa cuán grandes sean nuestros logros en este mundo, si no estamos viviendo para la gloria de Dios, estamos perdiendo el propósito verdadero de nuestra existencia.

Es fácil caer en la trampa de buscar la gloria y el reconocimiento de este mundo, pero el Salmo 115 nos llama a un enfoque diferente. Nos recuerda que nuestra vida debe ser un testimonio de la grandeza y fidelidad de Dios. Cuando vivimos para Su gloria, nuestras acciones y palabras reflejan Su amor y gracia hacia los demás.

Al final del día, lo que importa es cómo hemos vivido nuestras vidas para la gloria de Dios. No importa cuántos honores y reconocimientos recibamos en este mundo, si no estamos viviendo en obediencia a Dios, todo eso no tendrá ningún valor eterno. Pero cuando buscamos Su gloria y vivimos según Su voluntad, nuestras vidas tienen un impacto eterno.

Así que hoy, te animo a reflexionar sobre el Salmo 115. Medita en la grandeza de Dios y en cómo puedes vivir para Su gloria. No busques la gloria terrenal, sino busca agradar a tu Padre celestial. Recuerda que no a nosotros, sino a Su nombre, debemos dar toda la gloria.

Salmos 115: «No a nosotros, Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad» (RV). Que estas palabras sean un recordatorio constante de la verdadera fuente de nuestra fuerza y ​​esperanza. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo de la grandeza y fidelidad de nuestro Dios.

Salmos 115.