El Salmo 139 es un hermoso poema inspirado por el Espíritu Santo que nos revela el profundo amor y conocimiento que Dios tiene de cada uno de nosotros. En particular, los versículos 7 al 10 de este Salmo nos invitan a reflexionar sobre la omnipresencia de Dios en nuestras vidas. Permítanme compartir con ustedes estas poderosas palabras del Salmo 139 versículos 7 al 10 en la versión Reina Valera:
«¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.»
Estos versículos nos hablan de la omnipresencia de Dios, es decir, que Él está presente en todo lugar y en todo momento. No hay ningún rincón del universo donde podamos escapar de Su presencia. Incluso si subimos a los cielos o descendemos a lo más profundo, Dios siempre estará allí.
Esta verdad es sumamente reconfortante para nosotros como creyentes. En momentos de soledad, angustia o confusión, podemos encontrar consuelo en la certeza de que Dios está con nosotros. No importa cuán lejos creamos estar de Él, siempre podemos confiar en que Su presencia nos rodea.
Imaginen a un niño asustado en medio de la noche. La oscuridad puede llenarlo de temor, pero ¿qué pasaría si alguien le asegura que su padre está justo al lado de su cama, velando por él? Esa certeza cambiaría totalmente la perspectiva del niño, ¿verdad? De la misma manera, cuando comprendemos que Dios está siempre a nuestro lado, nuestra perspectiva cambia y podemos enfrentar cualquier circunstancia con valentía y confianza.
No importa cuán vasto sea nuestro mundo, cuán profundo sea nuestro dolor o cuán lejos nos encontremos de lo que consideramos «seguro», Dios siempre nos encuentra. Si tomamos las alas del alba y volamos hasta el extremo del mar, Su mano nos guiará y Su diestra nos sostendrá. No hay lugar tan remoto ni situación tan difícil donde Su amor y cuidado no puedan alcanzarnos.
En medio de los desafíos y las pruebas que enfrentamos en nuestra vida cotidiana, es fácil perder de vista la presencia de Dios. Podemos sentirnos abandonados, desorientados o solos. Pero, queridos hermanos y hermanas, permítanme recordarles que no estamos solos. Dios está con nosotros en cada paso del camino.
Que estas palabras del Salmo 139 versículos 7 al 10 se graben en lo más profundo de nuestro corazón y nos inspiren a confiar en la omnipresencia de Dios. Él está aquí, en cada momento de nuestras vidas, dispuesto a guiarnos y sostenernos. No hay lugar donde podamos escapar de Su amor y cuidado.
Así que, no importa cuán oscuro sea el camino que estés recorriendo en este momento, no importa cuán lejos te sientas de Dios, recuerda que Él está contigo. Su presencia te rodea y Su mano está extendida para guiarte. Confía en Él, porque Él nunca te dejará ni te abandonará.
Que la verdad del Salmo 139 versículos 7 al 10 sea una fuente constante de consuelo y esperanza en tu vida. Que siempre tengas la certeza de que Dios está contigo y que Su amor te sostiene en cada paso del camino.
«¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.»
¡Dios está contigo, siempre!