Cita Bíblica: La Última Cena
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero dirigirme a ustedes para compartir un mensaje inspirador sobre un evento tan significativo en la vida de nuestro Señor Jesucristo: la Última Cena. Esta cita bíblica nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la comunión y el amor fraternal en nuestras vidas como creyentes.
La Última Cena fue un momento crucial en el ministerio terrenal de Jesús. En aquel tiempo, Jesús sabía que se acercaba su hora final, pero aprovechó esa ocasión para enseñar a sus discípulos y dejarnos un ejemplo valioso. Reuniéndose con sus apóstoles, Jesús tomó pan y vino, y compartió con ellos el significado profundo de estos elementos.
En Lucas 22:19-20 leemos: “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”.
En estas palabras de Jesús encontramos un llamado profundo a la comunión y a recordar su sacrificio en la cruz. El pan y el vino representan su cuerpo y su sangre, entregados por amor a nosotros. Jesús nos insta a celebrar la Cena del Señor en memoria de Él, fortaleciendo así nuestra fe y nuestra comunión con Él y con nuestros hermanos y hermanas en la fe.
La Última Cena no solo nos enseña sobre la importancia de la comunión con Jesús, sino también sobre el amor y el servicio desinteresado hacia los demás. En el Evangelio de Juan 13:34-35, Jesús nos dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.
Estas palabras de Jesús nos invitan a amarnos mutuamente y a servirnos los unos a los otros, tal como Él nos ha amado y servido. La Última Cena nos muestra el ejemplo perfecto de Jesús lavando los pies de sus discípulos, demostrando humildad y amor incondicional. Siguiendo su ejemplo, debemos estar dispuestos a servir a los demás, sin importar nuestra posición o estatus.
Hermanos y hermanas, la Última Cena nos recuerda la importancia de la comunión con Jesús y con nuestros hermanos y hermanas en la fe. No debemos tomar a la ligera este acto de conmemoración, sino acercarnos a la mesa del Señor con reverencia y gratitud en nuestros corazones. A través de la Cena del Señor, renovamos nuestro compromiso con Él y con su cuerpo, la Iglesia.
En 1 Corintios 11:26, el apóstol Pablo nos exhorta diciendo: “Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”. Cada vez que participamos de la Cena del Señor, proclamamos su muerte y resurrección, y anticipamos con gozo su regreso glorioso.
En conclusión, amados hermanos y hermanas, la Última Cena es un recordatorio poderoso de la comunión con Jesús y de nuestro llamado a amarnos y servirnos los unos a los otros. Que nunca olvidemos el significado profundo de este acto y que nos inspire a vivir vidas de fe y amor en Cristo.
Que cada vez que participemos de la Cena del Señor, nos acerquemos con humildad, gratitud y reverencia, recordando las palabras de Jesús: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19b). Que nuestra comunión con Jesús y nuestra comunión con nuestros hermanos y hermanas en la fe sea fortalecida y renovada en cada celebración de la Cena del Señor.
¡Que Dios les bendiga abundantemente y les guíe en su caminar de fe!
Cita Bíblica: La Última Cena.