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Proverbios 13.11: La riqueza rápida desaparece, pero el trabajo constante trae prosperidad


Proverbios 13.11: «Las riquezas van y vienen, pero el que las obtiene mediante el engaño no permanecerá.» (Proverbios 13:11, Reina Valera)

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una enseñanza valiosa que se encuentra en el libro de Proverbios, capítulo 13, verso 11. Este proverbio nos habla sobre la importancia de la honestidad y la integridad en nuestras vidas, especialmente cuando se trata de obtener riquezas.

En nuestra sociedad actual, hay una gran obsesión por el dinero y las posesiones materiales. Muchas personas están dispuestas a hacer cualquier cosa para alcanzar la riqueza y el éxito, incluso si eso significa actuar de manera deshonesta o engañosa. Sin embargo, la Palabra de Dios nos advierte claramente que las riquezas obtenidas mediante el engaño no durarán.

Es fácil caer en la tentación de pensar que el fin justifica los medios, especialmente cuando se trata de alcanzar nuestros objetivos financieros. Pero debemos recordar que como hijos e hijas de Dios, estamos llamados a vivir vidas de integridad y honestidad en todas nuestras acciones. No podemos permitir que la búsqueda de riquezas nos desvíe de nuestro propósito principal: glorificar a Dios y servir a los demás.

En Proverbios 13.11, se nos recuerda que las riquezas son efímeras, van y vienen. Podemos acumular grandes cantidades de dinero, propiedades y posesiones, pero al final, no podemos llevárnoslas con nosotros cuando partamos de este mundo. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si perdemos nuestra alma? (Mateo 16:26). Nuestro verdadero tesoro está en el cielo, donde ninguna riqueza terrenal puede compararse con las bendiciones eternas que Dios tiene preparadas para nosotros.

Además, el verso nos advierte sobre el peligro de obtener riquezas mediante el engaño. Podemos engañar a otros, manipular situaciones o incluso cometer actos ilegales para obtener ganancias injustas. Pero la verdad es que este camino solo nos llevará a nuestra propia destrucción. Dios es un Dios de justicia y si construimos nuestras vidas sobre la base del engaño, tarde o temprano seremos atrapados en nuestras mentiras.

En cambio, debemos buscar la bendición de Dios en nuestras vidas mediante la obediencia a sus mandamientos y la práctica de la justicia en todo momento. El Salmo 37:25 nos asegura: «Fui joven, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.» Si confiamos en Dios y seguimos Su camino, Él nos proveerá y nunca nos abandonará.

Queridos hermanos y hermanas, recordemos siempre que nuestra verdadera riqueza no se encuentra en las posesiones materiales, sino en nuestra relación con Dios y en el amor que compartimos con los demás. Las riquezas pueden desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos, pero el valor de una vida justa y honesta perdurará por siempre.

Al finalizar, quiero volver a compartir con ustedes este hermoso proverbio: «Las riquezas van y vienen, pero el que las obtiene mediante el engaño no permanecerá.» (Proverbios 13:11, Reina Valera). Que estas palabras nos inspiren a vivir vidas de integridad y a buscar la verdadera riqueza que solo se encuentra en Dios.

Oremos juntos: Amado Padre, te pedimos que nos ayudes a poner nuestra confianza en Ti y a vivir vidas de integridad y honestidad. Enséñanos a buscar primero tu reino y tu justicia, sabiendo que todas las demás cosas nos serán añadidas. Ayúdanos a no caer en la tentación de buscar riquezas injustas, sino a buscar tu bendición en todas nuestras acciones. En el nombre de Jesús, amén.

Proverbios 13.11: «Las riquezas van y vienen, pero el que las obtiene mediante el engaño no permanecerá.» (Proverbios 13:11, Reina Valera)