Cita Bíblica: Lucas 24:13-35
¡Buen día, queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy nos reunimos para reflexionar en la poderosa historia que encontramos en Lucas 24:13-35. Esta cita bíblica nos presenta un momento crucial en la vida de los discípulos de Jesús: el encuentro con el Resucitado en el camino de Emaús.
Imaginemos por un momento la escena: dos discípulos caminando tristemente, sumidos en su dolor y desilusión después de la muerte de su Señor. Pero entonces, Jesús mismo se les acerca y comienza a caminar junto a ellos, aunque ellos no lo reconocen. ¿No es esto una hermosa imagen de cómo Jesús siempre está con nosotros, incluso en los momentos más oscuros de nuestras vidas?
Jesús, en su infinita sabiduría, comienza a explicarles las Escrituras y les muestra cómo todo lo que había sucedido era necesario según la voluntad de Dios. ¡Qué maravilloso es cuando Jesús abre nuestros ojos para entender las verdades profundas de su Palabra! Es en ese momento que los discípulos sienten sus corazones arder, como si una llama divina los estuviera avivando por dentro.
Finalmente, llegan a su destino y los discípulos invitan a Jesús a quedarse con ellos. Jesús acepta y, sentados a la mesa, parte el pan. En ese preciso momento, sus ojos se abren y lo reconocen. ¡Es el Señor, el Resucitado, quien ha estado caminando con ellos todo el tiempo!
Queridos hermanos y hermanas, esta historia nos enseña varias lecciones valiosas. En primer lugar, nos muestra que Jesús siempre está presente en nuestras vidas, incluso cuando no lo reconocemos. Él camina a nuestro lado, dispuesto a abrir nuestros ojos y avivar nuestros corazones con su amor y sabiduría.
En segundo lugar, esta historia nos invita a reflexionar sobre la importancia de la Palabra de Dios. Los discípulos sintieron sus corazones arder mientras Jesús les explicaba las Escrituras. Esto nos recuerda que cuando nos sumergimos en la lectura y meditación de la Biblia, el Espíritu Santo obra en nosotros, dándonos una comprensión más profunda y una pasión renovada por la verdad de Dios.
Y finalmente, esta historia nos muestra el poder de la comunión con Jesús. Cuando los discípulos invitaron a Jesús a quedarse con ellos y partió el pan, sus ojos se abrieron y reconocieron al Señor. La comunión con Jesús nos permite experimentar su presencia de una manera tangible y transformadora. Al igual que los discípulos, debemos abrir nuestro corazón y recibir a Jesús en nuestras vidas diariamente.
Hermanos y hermanas, que esta historia nos inspire a caminar con Jesús en cada momento de nuestras vidas. Que abramos nuestros corazones a su Palabra y permitamos que el Espíritu Santo nos avive y nos guíe. Y que busquemos la comunión con Jesús a través de la oración, la meditación y la participación en la Santa Cena.
Recordemos siempre que, al igual que los discípulos, podemos experimentar el glorioso encuentro con el Resucitado en nuestro propio camino de vida. Que nuestra fe se fortalezca al recordar esta verdad y al proclamar con gozo: ¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado!
Cita Bíblica: Lucas 24:13-35
¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado! Así como los discípulos en el camino de Emaús, que se encontraron con el Resucitado sin reconocerlo al principio, también nosotros podemos experimentar la presencia viva de Jesús en nuestras vidas diarias. Que esta historia nos inspire a caminar con Jesús, abrir nuestros corazones a su Palabra y buscar la comunión con Él. ¡Que el Señor nos avive y nos guíe en cada paso que damos!
Cita Bíblica: Lucas 24:13-35