Cita Bíblica de Exaltación a Dios
«¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos» (Salmos 8:1, Reina Valera).
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para exaltar el nombre de nuestro Dios. Él es digno de toda adoración, de toda alabanza y de toda exaltación. Su nombre es glorioso en toda la tierra y su gloria se extiende sobre los cielos. ¿Qué más podemos hacer sino alzar nuestras voces y nuestros corazones para elevarlo?
Cuando reflexionamos sobre la grandeza de nuestro Creador, nos damos cuenta de lo infinitamente maravilloso que es. Dios nos ha dado el don de la vida y nos ha bendecido abundantemente. Cada día, podemos ver su amor y su fidelidad en nuestras vidas. Nos sostiene en los momentos difíciles, nos guía por sendas de justicia y nos consuela en medio de las pruebas. ¡Qué razón tenemos para exaltarlo y darle toda la gloria!
En la Biblia, encontramos numerosos pasajes que nos inspiran a exaltar a Dios. Uno de ellos se encuentra en el libro de Salmos, capítulo 34, versículo 3, donde David proclama: «Engrandeced conmigo a Jehová, y exaltemos a una su nombre». Estas palabras nos invitan a unirnos en un coro de alabanza y a elevar el nombre del Señor juntos. No importa cuál sea nuestra situación o circunstancia, siempre podemos encontrar razones para glorificar a Dios.
Cuando enfrentamos dificultades, es fácil dejar que el temor y la preocupación nos consuman. Sin embargo, en lugar de ceder a esas emociones, podemos elegir exaltar a Dios. En Filipenses 4:6-7 encontramos estas palabras de aliento: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Al confiar en Dios y llevar nuestras cargas a sus pies, podemos experimentar su paz que trasciende todo entendimiento.
La exaltación a Dios no solo se manifiesta a través de nuestras palabras, sino también en nuestras acciones. En el libro de Mateo, capítulo 5, versículo 16, Jesús nos anima a brillar como luces en el mundo: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos». Cuando vivimos de acuerdo con los mandamientos de Dios y amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, estamos glorificando a nuestro Padre celestial. Nuestro testimonio puede ser una fuente de inspiración y bendición para aquellos que nos rodean.
Hermanos y hermanas, mientras nos acercamos al final de este escrito, recordemos una vez más la Cita Bíblica de Exaltación a Dios: «¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos» (Salmos 8:1, Reina Valera). Que estas palabras resuenen en nuestros corazones y nos impulsen a adorar y exaltar al único digno de todo honor y alabanza.
Que cada día de nuestras vidas esté lleno de gratitud y exaltación a Dios. Que su nombre sea proclamado en nuestras palabras, en nuestras acciones y en nuestros pensamientos. Recordemos que nuestra adoración no se limita a un lugar o a un momento específico, sino que es un estilo de vida que refleja nuestra relación con el Todopoderoso.
Hermanos y hermanas, exaltemos a Dios en todo momento y en todas las circunstancias. Él es nuestro refugio y fortaleza, y en él encontramos todo lo que necesitamos. ¡Demos gracias a Dios por su amor inagotable y alabémoslo por su incomparable grandeza!
¡Cita Bíblica de Exaltación a Dios! ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos. Amén.