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Despierta mi voluntad, Señor: Salmo 119:133


Salmo 119:133 nos enseña una verdad poderosa que puede cambiar nuestras vidas si la aplicamos a diario. En este salmo, el salmista clama a Dios: «Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí». Estas palabras son un recordatorio de que necesitamos la guía y dirección de Dios en nuestras vidas para evitar caer en la maldad y el pecado.

Como cristianos, a menudo nos enfrentamos a tentaciones y desafíos que nos alejan del camino de Dios. Nuestra naturaleza pecaminosa nos lleva a buscar nuestra propia voluntad en lugar de someternos a la voluntad de Dios. Pero el versículo nos anima a buscar la dirección de Dios a través de su Palabra para que podamos caminar en rectitud y evitar ser dominados por la iniquidad.

¿Qué significa que Dios ordene nuestros pasos con su palabra? Significa que debemos sumergirnos en las Escrituras, estudiarla y meditar en ella. La Biblia es un tesoro de sabiduría divina que nos muestra el camino que debemos seguir. Cuando conocemos la Palabra de Dios, podemos tomar decisiones sabias y evitar caer en trampas y engaños.

El salmista también nos advierte sobre la iniquidad, que es el pecado y la maldad. La iniquidad puede arraigarse en nuestras vidas y controlarnos si no buscamos la dirección de Dios. Pero cuando permitimos que Dios ordene nuestros pasos, la iniquidad no puede dominarnos. Dios tiene el poder de librarnos del pecado y de darnos la fuerza para resistir las tentaciones.

En nuestra vida cotidiana, enfrentamos muchas opciones y decisiones. Desde decisiones pequeñas hasta decisiones importantes, todas ellas pueden influir en nuestro camino espiritual. Pero si buscamos la dirección de Dios y permitimos que su palabra guíe nuestros pasos, podemos estar seguros de que estamos caminando en la senda correcta.

Además, este versículo es un recordatorio de que no podemos vencer la iniquidad por nuestra propia fuerza. Necesitamos la ayuda y el poder de Dios para resistir al pecado y vivir una vida santa. No importa cuán fuertes creamos que somos, la tentación siempre estará presente. Pero cuando confiamos en Dios y en su palabra, podemos superar cualquier tentación que se nos presente.

Es importante recordar que la palabra de Dios es una espada poderosa que nos ayuda en la batalla espiritual. Efesios 6:17 nos dice: «Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios». Al tomar la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, podemos enfrentar cualquier ataque del enemigo y vencerlo.

Por lo tanto, hermanos y hermanas, no subestimemos el poder de la palabra de Dios en nuestras vidas. No podemos permitir que la iniquidad se enseñoree de nosotros. Busquemos la dirección de Dios a través de su palabra y permitamos que él ordene nuestros pasos. Confiemos en su poder para librarnos del pecado y resistir las tentaciones.

Que nuestro corazón clame junto con el salmista: «Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí». Que cada día nos acerquemos más a Dios, estudiando y meditando en su palabra, para que podamos caminar en rectitud y vivir una vida que honre y glorifique a nuestro Señor.

En conclusión, Salmo 119:133 nos recuerda la importancia de buscar la dirección de Dios a través de su palabra. Al permitir que Dios ordene nuestros pasos, podemos evitar ser dominados por la iniquidad y vivir una vida en santidad. Que este versículo sea nuestro clamor diario, para que podamos experimentar la guía y el poder de Dios en cada área de nuestras vidas.

Salmo 119:133: «Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí».

¡Que Dios los bendiga abundantemente en su caminar con Él!

Salmo 119:133: «Ordena mis pasos con tu palabra; y ninguna iniquidad se enseñoree de mí».