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Salmo 18:8 revela el poder divino en tiempos de adversidad


Salmo 18:8 – «Humo subió de su nariz, y fuego de su boca devorador; Carbones se encendieron de él.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que se encuentra en el Salmo 18:8. Este versículo nos revela una imagen asombrosa y poderosa de nuestro Dios. Nos habla de su ira y su fuego devorador, pero también nos muestra su poder y su justicia.

Cuando leemos este versículo, es fácil sentirnos sobrecogidos por la imagen de humo y fuego. Sin embargo, es importante recordar que esto no se refiere a un Dios iracundo y vengativo, sino a un Dios justo que defiende la causa de los oprimidos y castiga la maldad.

Nuestro Dios es un fuego consumidor, un fuego que purifica y elimina todo lo que es impuro. Su fuego devorador consume la maldad y la injusticia, dejando solo lo que es puro y digno de su presencia. Es un fuego que nos purifica y nos transforma, nos libera de nuestras cadenas y nos lleva a una vida nueva en Cristo.

Cuando enfrentamos pruebas y dificultades en nuestra vida, a menudo nos preguntamos dónde está Dios. Pero en el Salmo 18:8 encontramos la respuesta. Dios está presente en medio de nuestras pruebas, luchando por nosotros y consumiendo todo lo que nos aflige. Él es nuestro defensor y protector, y su fuego devorador está a nuestro favor.

No importa cuán grandes sean las dificultades que enfrentemos, podemos confiar en que nuestro Dios es más grande. Su fuego devorador consume todo obstáculo que se interponga en nuestro camino. Podemos acudir a él en oración y pedirle que nos libere de cualquier atadura que nos impida avanzar.

Además, el Salmo 18:8 nos recuerda que Dios es un Dios de justicia. Él no tolera la maldad ni la injusticia en ninguna forma. Su fuego devorador se enciende contra aquellos que oprimen a los débiles y se aprovechan de los necesitados. Podemos confiar en que Dios hará justicia en su tiempo perfecto.

Entonces, ¿qué significa todo esto para nosotros como creyentes? Significa que no tenemos que temer a las dificultades ni a los enemigos que se levanten contra nosotros. Nuestro Dios es un fuego devorador que está de nuestro lado, luchando por nosotros y consumiendo todo lo que se oponga a su plan para nuestra vida.

Cuando enfrentemos pruebas y tribulaciones, podemos aferrarnos a la promesa de que Dios está con nosotros. Podemos clamar a él en oración, pidiéndole que encienda su fuego devorador en nuestra vida y consuma todo lo que nos impide vivir plenamente en su amor y propósito.

Así que, queridos hermanos y hermanas, no teman a las dificultades ni a los enemigos que se levantan contra ustedes. Confíen en el poder de Dios y en su fuego devorador. Él está a su lado, luchando por ustedes y consumiendo todo lo que les impide avanzar.

Recuerden siempre el Salmo 18:8: «Humo subió de su nariz, y fuego de su boca devorador; Carbones se encendieron de él.» Este versículo nos recuerda que nuestro Dios es un Dios de poder y justicia, un Dios que lucha por nosotros y consume todo lo que nos oprime.

Que esta verdad nos inspire y nos llene de esperanza en medio de nuestras pruebas. Que el fuego devorador de Dios ilumine nuestro camino y nos guíe hacia la plenitud de vida que solo él puede ofrecer.

Salmo 18:8 – «Humo subió de su nariz, y fuego de su boca devorador; Carbones se encendieron de él.»

Que Dios les bendiga abundantemente.

Salmo 18:8 – «Humo subió de su nariz, y fuego de su boca devorador; Carbones se encendieron de él.»