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El Salmo 101: Un llamado a la pureza y la justicia


Salmos 101:6 – «Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes un versículo poderoso que nos exhorta a tener nuestros ojos puestos en los fieles de la tierra. Salmos 101:6 nos recuerda la importancia de rodearnos de personas que caminan en el camino de la perfección, aquellos que sirven al Señor con integridad y fidelidad.

En nuestra vida diaria, a menudo enfrentamos desafíos y tentaciones que pueden desviarnos del camino de la fe. Es fácil perder de vista nuestros propósitos y metas espirituales cuando estamos rodeados de influencias negativas. Sin embargo, el salmista nos anima a mantener nuestros ojos fijos en aquellos que son fieles a Dios, aquellos que nos inspiran y nos ayudan a crecer en nuestra relación con Él.

Cuando buscamos la compañía de personas piadosas y comprometidas, encontramos un apoyo invaluable en nuestro caminar con Cristo. Estas personas nos animan, nos corrigen cuando nos desviamos y nos desafían a vivir una vida de santidad. Al estar en comunión con ellos, podemos aprender de su ejemplo y ser fortalecidos en nuestra fe.

Sin embargo, debemos recordar que no se trata simplemente de buscar compañía en personas religiosas, sino en aquellos que realmente caminan en la perfección. La perfección aquí no se refiere a la ausencia de errores o pecados, sino a la búsqueda constante de agradar a Dios y vivir de acuerdo a Su voluntad. Debemos buscar aquellos que tienen un corazón sincero, aquellos que humildemente reconocen sus fallas y buscan la gracia y el perdón de Dios.

Al rodearnos de personas que buscan la perfección en Cristo, somos desafiados a crecer espiritualmente y a ser más como Él. Nos animan a mantenernos firmes en nuestra fe, a perseverar en momentos difíciles y a vivir una vida que honra y glorifica a Dios. El salmista nos dice que aquellos que andan en el camino de la perfección nos servirán, y esto es cierto tanto en términos prácticos como espirituales.

Cuando caminamos junto a personas fieles, experimentamos el amor y el apoyo mutuo que proviene de la comunión en Cristo. Nos ayudan a cargar nuestras cargas, a orar unos por otros y a ser luz en un mundo oscuro. Además, al ver su ejemplo de vida, somos desafiados a servir a Dios con mayor entrega y pasión.

Hermanos y hermanas, hoy los animo a reflexionar sobre aquellos que nos rodean. ¿Son personas que nos ayudan a crecer en nuestra fe? ¿Son fieles y comprometidos con Dios? Si no es así, busquemos la compañía de aquellos que sí lo son. Acerquémonos a aquellos que nos desafían a ser mejores y nos ayudan a mantener nuestros ojos puestos en lo que realmente importa: seguir a Cristo y vivir en su camino de la perfección.

En conclusión, Salmos 101:6 nos recuerda la importancia de tener nuestros ojos puestos en los fieles de la tierra. Al rodearnos de personas piadosas, encontramos apoyo, inspiración y desafío para crecer en nuestra relación con Dios. Busquemos la compañía de aquellos que caminan en el camino de la perfección, aquellos que sirven al Señor con integridad y fidelidad. Que podamos aprender de su ejemplo, ser fortalecidos en nuestra fe y servir a Dios con todo nuestro corazón.

Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. Salmos 101:6.