Texto Bíblico Por Sus Llagas Fuimos Curados
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una verdad poderosa que se encuentra en la Palabra de Dios. Esta verdad es que por las llagas de Jesús fuimos curados. En Isaías 53:5 leemos: «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.»
Estas palabras son verdaderamente asombrosas y llenas de esperanza. Nos revelan el amor inmenso de nuestro Salvador, Jesucristo, quien sufrió y murió en la cruz para que pudiéramos ser sanados de nuestras enfermedades y dolencias. Las llagas de Jesús no solo representan el dolor y el sufrimiento que soportó por nosotros, sino también el poder sanador que fluye de ellas.
En la Biblia, vemos numerosos ejemplos de cómo Jesús sanó a los enfermos y restauró a los quebrantados de corazón. Mateo 8:16-17 nos dice: «Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.»
Estas palabras nos confirman que Jesús no solo vino a salvarnos del pecado, sino también a sanarnos de nuestras enfermedades. Él tomó sobre sí mismo nuestras enfermedades y dolencias para que pudiéramos experimentar la curación en todas las áreas de nuestras vidas.
Es importante recordar que la curación no siempre se manifiesta de la misma manera para todos. Algunos pueden experimentar una curación instantánea, mientras que otros pueden experimentar un proceso gradual de sanidad. Sin embargo, debemos aferrarnos a la promesa de Dios de que por las llagas de Jesús fuimos curados, sin importar cómo se manifieste la sanidad en nuestras vidas.
Además de la curación física, Jesús también desea sanar nuestras heridas emocionales y espirituales. Él es el único que puede sanar nuestro corazón quebrantado y restaurar nuestra alma. En Salmo 147:3 leemos: «Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.»
No importa cuán profunda sea nuestra herida o cuánto tiempo haya estado presente, Jesús tiene el poder de sanar y restaurar. Él desea que confiemos en él y le entreguemos nuestras heridas y dolencias. Su amor y gracia son suficientes para sanarnos completamente y liberarnos de todo dolor y sufrimiento.
Hermanos y hermanas, no importa cuál sea tu situación en este momento, quiero animarte a confiar en la promesa de Dios de que por las llagas de Jesús fuimos curados. Nunca debemos perder la esperanza, incluso en los momentos más difíciles. Jesús es el Médico divino que puede sanar cualquier enfermedad y restaurar cualquier área de nuestra vida quebrantada.
Oremos juntos: Querido Jesús, gracias por tus llagas que nos han traído curación y restauración. Te entregamos todas nuestras enfermedades, dolencias, heridas emocionales y espirituales. Te pedimos que derrames tu poder sanador sobre nosotros y que restaures todo lo que está dañado en nuestras vidas. Confiamos en tu amor y gracia, sabiendo que por tus llagas fuimos curados. En el nombre de Jesús, amén.
Texto Bíblico Por Sus Llagas Fuimos Curados.
En Cristo,
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