Salmo 34 12: “¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien?” (RVR 1960)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero dirigirme a ustedes con la poderosa Palabra de Dios contenida en el Salmo 34, versículo 12. Este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestras verdaderas aspiraciones y deseos en la vida. ¿Qué es lo que realmente anhelamos en nuestro corazón? ¿Cuál es nuestro mayor anhelo y propósito?
En este mundo convulsionado y lleno de distracciones, es fácil perder de vista lo que realmente importa. Muchos se dejan llevar por la búsqueda de placeres temporales y superficialidades, olvidando que hay algo mucho más valioso y duradero que podemos obtener: la vida y el bien. Pero, ¿cómo podemos alcanzar esto?
El Salmo 34 12 nos muestra que aquellos que desean vida y muchos días para ver el bien deben prestar atención a sus acciones y palabras. Debemos ser conscientes de cómo vivimos nuestras vidas y cómo nos relacionamos con los demás. Nuestras acciones y palabras tienen el poder de bendición o maldición, de edificación o destrucción. Debemos ser sabios en nuestras interacciones diarias, buscando siempre la paz y la bondad.
Cada día tenemos la oportunidad de hacer una diferencia en la vida de aquellos que nos rodean. Ya sea en el trabajo, en la escuela, en la iglesia o en nuestras casas, nuestras acciones pueden impactar positivamente la vida de otros. Podemos ser instrumentos de amor y misericordia, extendiendo la mano amiga hacia aquellos que están en necesidad. Al hacerlo, estamos buscando el bien y deseando vida para nosotros y para los demás.
Además, el Salmo 34 12 nos anima a alejarnos del mal y a hacer el bien. Es importante que rechacemos todo lo que nos aleje de los caminos de Dios y nos sumerja en la oscuridad. El mal puede parecer atractivo y tentador, pero sus consecuencias son destructivas y dañinas. En cambio, debemos buscar activamente el bien en todas nuestras acciones y decisiones. Encontramos el bien cuando seguimos los mandamientos de Dios y vivimos de acuerdo con su Palabra.
Queridos hermanos y hermanas, vivir una vida que busca el bien y desea vida no es fácil. El mundo nos tienta constantemente con sus distracciones y tentaciones, pero debemos recordar que tenemos la fortaleza y la guía del Señor para resistir. Él nos da su Espíritu Santo para capacitarnos y fortalecernos en nuestro camino.
Cuando buscamos el bien y deseamos vida, estamos siguiendo el ejemplo de nuestro Salvador Jesucristo. Él vino a este mundo para mostrarnos cómo vivir y amar de manera plena y abundante. Su vida fue un testimonio vivo de bondad y amor incondicional. Siguiendo sus pasos, podemos ser portadores de su luz en medio de la oscuridad.
Así que, hermanos y hermanas, les animo a que busquemos el bien y deseemos vida en todo lo que hagamos. Que nuestras palabras y acciones sean siempre un reflejo del amor de Dios. Que busquemos la paz y la reconciliación en lugar de la discordia y la división. Que nuestro testimonio sea una fuente de inspiración y bendición para aquellos que nos rodean.
Recordemos siempre las palabras del Salmo 34 12: “¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien?” Que estas palabras nos impulsen a vivir una vida de propósito y significado, buscando siempre el bien y deseando vida para nosotros y para los demás.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo nos guíe en este camino y que seamos instrumentos de bendición en el mundo. Amén.
Salmo 34 12: “¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien?” (RVR 1960)