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Deléitate en tus mandamientos: Salmos 119:5


Salmos 119:5 – «¡Ojalá que mis caminos sean dirigidos para cumplir tus estatutos!»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una porción de las Sagradas Escrituras que nos inspira a buscar la dirección divina en nuestras vidas. El Salmo 119:5 nos recuerda la importancia de que nuestros caminos sean dirigidos por Dios para poder cumplir sus estatutos. En un mundo lleno de distracciones y tentaciones, es fundamental buscar la guía de nuestro Padre celestial para caminar en sus caminos.

En este Salmo, el salmista expresa su anhelo de que sus caminos sean dirigidos para cumplir los estatutos de Dios. Él reconoce que, por sí mismo, no puede mantenerse en el camino correcto. Reconoce su necesidad de la guía y el liderazgo de Dios en todas las áreas de su vida. Este es un ejemplo para todos nosotros, ya que también debemos reconocer que no podemos confiar en nuestra propia sabiduría y entendimiento limitados.

La vida cristiana no es un camino fácil. En ocasiones, podemos sentirnos perdidos y confundidos, sin saber qué decisión tomar o qué camino seguir. Pero, bendito sea Dios, tenemos la promesa de que podemos confiar en Él para que nos guíe y nos dirija. En Proverbios 3:6, leemos: «Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas». Nuestro Padre celestial está dispuesto a dirigir nuestros pasos y a mostrarnos el camino correcto si tan solo le permitimos hacerlo.

Buscar la dirección de Dios requiere humildad y confianza en su sabiduría. Significa reconocer que, aunque pensemos que sabemos lo mejor para nuestras vidas, solo Dios tiene la visión completa y perfecta. Debemos estar dispuestos a someternos a su voluntad y confiar en que Él tiene planes mejores y más grandes para nosotros. Como está escrito en Jeremías 29:11: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis». Confía en que Dios tiene el control y que sus planes para ti son buenos y llenos de esperanza.

Cuando buscamos la dirección de Dios y seguimos sus caminos, experimentamos su amor y su bendición en nuestras vidas. Como dice el Salmo 119:1: «Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová». Dios desea que experimentemos la plenitud de vida que solo puede venir al caminar en su voluntad. Cuando obedecemos sus estatutos, encontramos la paz, la alegría y el propósito que tanto anhelamos.

Entonces, ¿cómo podemos buscar la dirección de Dios en nuestras vidas? En primer lugar, necesitamos pasar tiempo en su Palabra. La Biblia es la guía infalible que Dios nos ha dado para mostrarnos su voluntad y sus caminos. Al leer y meditar en las Escrituras, nos familiarizamos con los estatutos de Dios y aprendemos a discernir su voz. Como nos dice el Salmo 119:105: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino». La Palabra de Dios ilumina nuestro camino y nos guía en la dirección correcta.

Además, debemos estar en constante comunión con Dios a través de la oración. La oración nos conecta directamente con nuestro Padre celestial y nos permite buscar su dirección y sabiduría. En Filipenses 4:6-7, se nos anima a orar en todo momento y a presentar nuestras peticiones a Dios: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». La oración nos acerca a Dios y nos permite experimentar su paz en medio de cualquier circunstancia.

Hermanos y hermanas, que podamos ser como el salmista y anhelar que nuestros caminos sean dirigidos para cumplir los estatutos de Dios. Que busquemos su dirección en todas las áreas de nuestras vidas, confiando en su sabiduría y amor. Que pasemos tiempo en su Palabra y en oración, buscando su guía y permitiendo que Él nos dirija. Recordemos siempre las palabras del Salmo 119:5: «¡Ojalá que mis caminos sean dirigidos para cumplir tus estatutos!» Amén.

Salmos 119:5 – «¡Ojalá que mis caminos sean dirigidos para cumplir tus estatutos!»