¡Con los hijos de Dios nadie se mete! Versículo
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa verdad que encontramos en la palabra de Dios. En Romanos 8:31, leemos: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Esta pregunta retórica del apóstol Pablo nos recuerda el maravilloso privilegio que tenemos como hijos de Dios, somos protegidos y amados por nuestro Padre celestial.
En este mundo lleno de adversidades y desafíos, es fácil caer en la trampa del miedo y la preocupación. Sin embargo, debemos recordar que no estamos solos en esta batalla. Tenemos a Dios de nuestro lado, luchando por nosotros y protegiéndonos en todo momento. El versículo que nos ocupa hoy, “Con los hijos de Dios nadie se mete”, nos recuerda que somos invencibles en Cristo.
Cuando enfrentamos situaciones difíciles y nos sentimos acosados por el enemigo, debemos recordar que Dios está con nosotros. Él nos ha prometido que nunca nos dejará ni nos abandonará (Hebreos 13:5). No importa cuán grande sea el problema que enfrentamos, podemos confiar en que Dios tiene el control y nos llevará a través de cualquier tormenta.
Recuerde las palabras de Isaías 43:2, “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Nuestro Dios es un Dios de milagros y maravillas. Él es capaz de hacer lo imposible posible. No hay obstáculo que pueda resistir su poder y su amor por nosotros.
Cuando enfrentemos críticas o persecuciones por causa de nuestra fe, debemos recordar que Dios está de nuestro lado. Jesús dijo en Mateo 5:11-12: “Bienaventurados seréis cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.” Si sufrimos por ser fieles a Dios, podemos estar seguros de que seremos recompensados en el cielo.
No importa cuántas dificultades nos rodeen, debemos aferrarnos a la promesa de que “con los hijos de Dios nadie se mete”. No debemos temer al enemigo ni a las circunstancias que nos rodean. Tenemos un Dios todopoderoso que está peleando nuestras batallas por nosotros. Él nos ha dado la victoria a través de Cristo Jesús.
Así que, amados hermanos y hermanas, les animo a que confíen en la promesa de Dios y se mantengan firmes en su fe. No importa qué obstáculos enfrenten, recuerden que “con los hijos de Dios nadie se mete”. Dios está a su lado, protegiéndolos y guiándolos en todo momento. Si permanecen fieles a Él, serán testigos de su poder y amor inagotables.
En conclusión, queridos hermanos y hermanas, recuerden siempre la poderosa verdad que encontramos en Romanos 8:31: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” No importa cuántas batallas enfrentemos, no importa cuántas dificultades nos rodeen, podemos tener la seguridad de que somos invencibles en Cristo. Confiemos en la promesa de Dios y recordemos siempre que “con los hijos de Dios nadie se mete”. Amén.
¡Con los hijos de Dios nadie se mete! Versículo
¡Con los hijos de Dios nadie se mete! Versículo
¡Con los hijos de Dios nadie se mete! Versículo