Proverbios 29:24 (RVR 1960): “El que tiene compañía de ladrones aborrece su propia alma; Oye maldiciones, y no dice nada.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión inspiradora basada en Proverbios 29:24. En este versículo, encontramos una advertencia clara y poderosa sobre las compañías que elegimos y cómo afectan nuestra alma y nuestro testimonio como cristianos.
El proverbio comienza diciendo: “El que tiene compañía de ladrones aborrece su propia alma”. ¿Qué significa eso para nosotros como creyentes? En primer lugar, es importante recordar que el término “ladrones” no se limita solo a aquellos que roban físicamente. También incluye a aquellos que nos rodean y nos influencian de manera negativa, aquellos que nos llevan por caminos de pecado y destrucción.
Cuando nos rodeamos de personas que no buscan la verdad y la justicia, que se regocijan en el mal y no temen a Dios, estamos poniendo en peligro nuestra propia alma. Estas compañías nos llevan por caminos oscuros, llenos de malas decisiones y acciones. Nos alejan de la luz y la gracia de Dios.
La segunda parte del versículo dice: “Oye maldiciones, y no dice nada”. Aquí se nos presenta otra advertencia importante. Cuando nos rodeamos de compañías negativas, es fácil caer en la complacencia y aceptar las maldiciones y la negatividad que escuchamos. Nos acostumbramos a la inmoralidad, al odio, a las palabras hirientes, y dejamos de defender la verdad y el amor de Dios.
Queridos hermanos y hermanas, no debemos permitir que esto suceda en nuestras vidas. Como cristianos, tenemos la responsabilidad de ser la luz en medio de la oscuridad. No podemos quedarnos callados ante las maldiciones y el pecado que escuchamos. Debemos levantarnos y proclamar la verdad de Dios, el amor de Cristo y la salvación que solo Él ofrece.
Es hora de evaluar las compañías que nos rodean. ¿Nos están acercando a Dios o nos están alejando? ¿Nos animan a vivir una vida de santidad y justicia, o nos arrastran hacia el pecado y la inmoralidad? Debemos tomar decisiones sabias y discernir quiénes son aquellos que nos rodean y cómo nos están influenciando.
No podemos aborrecer nuestra propia alma permitiendo que las malas compañías nos arrastren hacia el pecado y la destrucción. Debemos buscar la compañía de aquellos que aman y temen a Dios, aquellos que nos animan a vivir una vida piadosa y nos desafían a crecer en nuestra fe.
En resumen, Proverbios 29:24 nos recuerda la importancia de elegir nuestras compañías sabiamente. No debemos permitir que las personas negativas y pecaminosas nos arrastren hacia la oscuridad. En cambio, debemos rodearnos de aquellos que nos animan a seguir a Dios y a vivir una vida de rectitud y santidad.
Recordemos siempre estas palabras sabias y poderosas de la Palabra de Dios. No aborrezcamos nuestra propia alma al elegir malas compañías. No permitamos que las maldiciones y el pecado entren en nuestro corazón sin decir nada. Permanezcamos firmes en nuestra fe y en la verdad de Dios.
Que el Espíritu Santo nos guíe y nos dé discernimiento para elegir nuestras compañías sabiamente. Que podamos ser una luz en medio de la oscuridad, proclamando la verdad y el amor de Dios a todos los que nos rodean.
Proverbios 29:24 (RVR 1960): “El que tiene compañía de ladrones aborrece su propia alma; Oye maldiciones, y no dice nada.”
Amén y amén.