Proverbios 21.20: “Tesoro deseable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa” (Proverbios 21:20, Reina Valera).
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes una sabia enseñanza que encontramos en Proverbios 21.20. Este versículo nos presenta dos conceptos importantes: el tesoro deseable y el aceite en la casa del sabio, y por otro lado, el hombre insensato que todo lo disipa. A través de esta metáfora, Dios nos enseña lecciones valiosas sobre la administración de nuestros recursos y cómo honrarlo con nuestras finanzas.
El versículo comienza hablando del “tesoro deseable y aceite” en la casa del sabio. El tesoro deseable representa los bienes materiales y las riquezas que podemos tener en nuestras vidas. No hay nada malo en disfrutar de las bendiciones que Dios nos ha dado, pero es importante recordar que estas posesiones son solo un medio y no un fin en sí mismas. El aceite, por otro lado, simboliza la provisión y la bendición de Dios sobre nuestras vidas. Él es quien nos provee de todo lo que necesitamos, y nos honra cuando utilizamos sabiamente los recursos que Él nos ha dado.
El sabio, en contraste con el hombre insensato, sabe cómo administrar sus recursos de manera responsable y sabia. El sabio entiende que todo lo que tiene proviene de Dios, y por lo tanto, busca utilizarlo para Su gloria y para bendición de los demás. El sabio es un buen mayordomo de lo que ha recibido, y no se deja llevar por la codicia o el afán de acumular riquezas sin propósito. En cambio, el sabio utiliza sus recursos para ayudar a los demás, para invertir en el Reino de Dios y para bendecir a aquellos que están en necesidad.
Por otro lado, el hombre insensato “todo lo disipa”. Este hombre no muestra sabiduría en su manejo de los recursos que ha recibido. En lugar de utilizarlos de manera responsable, los gasta en cosas innecesarias o frívolas. El hombre insensato se deja llevar por el deseo de tener siempre más, sin considerar las consecuencias de sus acciones. Este tipo de comportamiento solo lleva a la pérdida y a la insatisfacción, ya que nunca se sentirá satisfecho con lo que tiene y siempre estará buscando más.
Hermanos y hermanas, Dios nos llama a ser sabios y responsables en la administración de nuestras finanzas. No somos dueños de nada, sino mayordomos de lo que Dios nos ha confiado. Debemos buscar la sabiduría y el discernimiento para utilizar nuestros recursos de manera que honre a Dios y bendiga a los demás. No debemos ser como el hombre insensato, que disipa todo lo que tiene, sino como el sabio, que utiliza sus recursos para el bien y la gloria de Dios.
En conclusión, Proverbios 21.20 nos enseña la importancia de ser buenos administradores de los recursos que Dios nos ha dado. Debemos ser sabios y responsables en el manejo de nuestras finanzas, utilizando nuestros recursos para bendición de los demás y para la gloria de Dios. No permitamos que la codicia y el deseo de acumular riquezas nos guíen, sino busquemos la sabiduría y el discernimiento de Dios para utilizar nuestros recursos de manera sabia y responsable. Recordemos siempre que el tesoro deseable y el aceite están en la casa del sabio, aquel que honra a Dios con todo lo que tiene.
Que nuestras vidas reflejen la sabiduría de Dios en la administración de nuestras finanzas y que seamos bendición para aquellos que nos rodean. Que podamos ser mayordomos fieles de lo que Él nos ha dado y utilizar nuestros recursos para Su gloria. Recordemos siempre las palabras de Proverbios 21.20: “Tesoro deseable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa”.
Que Dios los bendiga abundantemente.
Proverbios 21.20: “Tesoro deseable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato todo lo disipa” (Proverbios 21:20, Reina Valera).