Conéctate Con Dios

Salmos 138:3, un canto de gratitud y confianza


Title: La Fidelidad de Dios: Salmos 138:3

H2: Salmos 138:3 – «El día que clamé, me respondiste; fortaleciste en mi alma la fuerza»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa que encontramos en el libro de los Salmos, específicamente en el Salmo 138:3. Esta hermosa declaración nos habla de la fidelidad de Dios y cómo Él siempre está dispuesto a responder nuestras oraciones y fortalecer nuestras almas.

En nuestros momentos más difíciles, cuando sentimos que nuestras fuerzas se agotan y no podemos seguir adelante, es reconfortante saber que tenemos un Dios amoroso y compasivo que escucha nuestras peticiones. Él no solo escucha, sino que también responde a nuestras oraciones en el momento adecuado. No importa cuán desesperada sea nuestra situación, podemos confiar en que Dios está allí para nosotros.

La Palabra de Dios nos enseña que el día que clamamos a Él, Él nos responde. No hay oración que se pierda en el vacío, ninguna súplica que sea ignorada por nuestro Padre celestial. Él nos escucha con atención y nos brinda consuelo y fortaleza. No importa cuán abrumados nos sintamos, siempre podemos acercarnos a Dios en oración y confiar en que Él nos responderá.

Cuando el salmista proclama: «El día que clamé, me respondiste», nos está recordando que Dios es fiel a su promesa de estar con nosotros en todo momento. No importa cuánto tiempo hayamos estado clamando, Él siempre tiene un plan perfecto para nuestras vidas y nos responderá en el momento oportuno. Su respuesta puede venir de diferentes maneras: a través de una palabra de aliento, una puerta que se abre, un milagro o simplemente con su paz que sobrepasa todo entendimiento.

En medio de las dificultades, es fácil desanimarse y perder la esperanza. Pero en ese momento, recordemos la segunda parte de este versículo: «fortaleciste en mi alma la fuerza». Nuestro Dios no solo responde a nuestras oraciones, sino que también nos fortalece desde adentro. Él nos da la fuerza para enfrentar los desafíos y superar cualquier obstáculo que se presente ante nosotros.

Cuando nos sentimos débiles, Él es nuestra fortaleza. Cuando nos sentimos perdidos, Él es nuestra guía. Cuando nos sentimos desanimados, Él es nuestra esperanza. Dios no solo nos responde, sino que también nos reviste de poder para enfrentar cualquier situación que se presente en nuestra vida. Su gracia es suficiente para nosotros, y en nuestra debilidad, Su poder se perfecciona.

En conclusión, hermanos y hermanas, permítanme recordarles nuevamente la promesa escrita en Salmos 138:3: «El día que clamé, me respondiste; fortaleciste en mi alma la fuerza». No importa cuán difíciles sean las circunstancias que enfrentemos, siempre podemos confiar en que nuestro Dios está ahí para nosotros. Él escucha nuestras oraciones, nos responde y nos fortalece desde adentro.

No dejemos que el desánimo y la desesperanza nos dominen. En lugar de eso, dirijámonos a Dios en oración, confiando en que Él nos responderá. Permitamos que Su fortaleza fluya en nosotros y nos capacite para superar cualquier adversidad. Su fidelidad es grande y su amor por nosotros es inagotable.

Encomendémonos a Él, confiando en que Él cumplirá su palabra en nuestras vidas. Que Salmos 138:3 sea una promesa que nos inspire y nos recuerde que Dios siempre está dispuesto a responder nuestras oraciones y fortalecernos en nuestra fe. Amén.

Salmos 138:3 – «El día que clamé, me respondiste; fortaleciste en mi alma la fuerza»