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Alzando mis ojos al monte: Un mensaje de esperanza bíblica


Texto Bíblico: Alzaré mis ojos a los montes

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una hermosa porción de las Escrituras que se encuentra en el Salmo 121, versículo 1 y que dice: «Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?» Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre la fuente de nuestra ayuda y protección en tiempos de dificultades.

En la vida, todos enfrentamos montañas, obstáculos que parecen insuperables. Estas montañas pueden ser problemas financieros, enfermedades, conflictos familiares o cualquier otra situación que nos cause angustia y preocupación. En esos momentos, es fácil sentirnos abrumados y desesperados, sin saber dónde encontrar ayuda.

Sin embargo, el salmista nos brinda una respuesta esperanzadora. Él declara que alzará sus ojos a los montes, reconociendo que su socorro no vendrá de allí, sino que vendrá del Señor, quien hizo los cielos y la tierra. Esta afirmación nos anima a elevar nuestra mirada más allá de las circunstancias difíciles y dirigirla hacia Dios, quien tiene el poder y la sabiduría para ayudarnos.

Cuando levantamos nuestros ojos a los montes, reconocemos que nuestras fuerzas humanas son limitadas. Pero al dirigir nuestra mirada hacia el Creador de los montes, nos damos cuenta de que Su poder y amor son ilimitados. Él es nuestro refugio y fortaleza, nuestro ayudador en tiempos de angustia.

El salmista continúa en el versículo 2 diciendo: «Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra». Estas palabras nos recuerdan que nuestro Dios es el Creador de todo lo que existe. Él es el que tiene el control absoluto sobre todas las cosas y puede intervenir en nuestras vidas de maneras que no podemos imaginar.

Cuando enfrentamos montañas en nuestras vidas, a menudo buscamos soluciones en nuestras propias fuerzas o en la ayuda de otros. Pero el salmo nos invita a confiar en el Señor, quien tiene el poder de levantar montañas y hacer posible lo imposible.

El versículo 3 nos dice: «No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda». Estas palabras nos aseguran que Dios está atento a nuestras necesidades y es capaz de protegernos de cualquier peligro. Él nunca nos abandona ni duerme, siempre está velando por nosotros.

Cuando nos encontramos en medio de las dificultades, a menudo nos sentimos impotentes e inseguros. Pero el salmista nos recuerda que nuestro socorro viene de Dios, quien es fiel y poderoso para sostenernos y guiarnos en todo momento.

Hermanos y hermanas, alzaremos nuestros ojos a los montes, reconociendo que nuestra ayuda y fortaleza provienen de Dios. Confíemos en Su poder y amor inagotables. Él nunca nos deja ni nos abandona.

En conclusión, cuando enfrentemos montañas en nuestras vidas, recordemos alzar nuestros ojos a los montes y buscar ayuda en el Señor, nuestro refugio y fortaleza. Él es el que tiene el poder para cambiar nuestras circunstancias y brindarnos la paz y seguridad que necesitamos.

Que el texto bíblico «Alzaré mis ojos a los montes» sea una constante en nuestras vidas, recordándonos siempre que nuestro socorro viene del Señor, quien hizo los cielos y la tierra. En Él encontramos consuelo, protección y la fuerza para superar cualquier montaña que se presente en nuestro camino.

Que Dios les bendiga abundantemente.

Texto Bíblico: Alzaré mis ojos a los montes.