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¡Amar al Hijo y gozar de su bendición! Salmo 2:11


Salmo 2:11 – ¡Servid a Dios con temor y alegraos con temblor!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una porción de la Palabra de Dios que nos llena de esperanza y nos invita a servir al Señor con reverencia y gozo. En el Salmo 2:11 leemos: «Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor.» ¡Qué poderosas palabras nos ofrece el salmista!

En este versículo, se nos presenta una hermosa combinación de actitudes y emociones que debemos tener al acercarnos al Señor. Primero, se nos insta a servir a Dios con temor. Pero, ¿qué significa esto? El temor al Señor no implica tener miedo de Él, sino reconocer su grandeza y su poderío. Es entender que Él es el Rey de reyes y el Señor de señores. Es tener reverencia y respeto hacia su majestuosidad. Cuando servimos a Dios con temor, reconocemos que estamos en presencia del Dios Todopoderoso y nos sometemos a su voluntad.

Sin embargo, el salmista no se detiene ahí. También nos anima a alegrarnos con temblor. ¡Qué contraste tan maravilloso! La alegría y el temblor no parecen estar relacionados, pero en el contexto de nuestra relación con Dios, adquieren un significado especial. La alegría que experimentamos como hijos de Dios es profunda y duradera, pero también debe estar marcada por un temblor reverente. Es una alegría que nos sobrepasa, que nos llena de gratitud y asombro, pero al mismo tiempo nos hace temblar ante la grandeza de Aquel que nos ha dado todo.

Al reflexionar sobre este versículo, me viene a la mente la historia del rey David. David fue un hombre que supo servir a Dios con temor y alegría. A pesar de sus imperfecciones y pecados, siempre buscó agradar a Dios en todo lo que hacía. Su temor reverente se manifestaba en su profundo respeto por Dios y su deseo de obedecer sus mandamientos. Y su alegría provenía de la certeza de que estaba en la presencia de un Dios fiel y misericordioso.

Queridos hermanos y hermanas, en medio de las dificultades y desafíos que enfrentamos en nuestra vida diaria, recordemos siempre el llamado del salmista: «Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor.» No importa cuál sea nuestra situación, podemos encontrar consuelo y fortaleza en la presencia de Dios. Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza, el que nos sostiene en medio de las tormentas y nos guía por caminos de justicia.

Al servir a Dios con temor y alegría, estamos reconociendo su poder y su soberanía sobre nuestras vidas. Estamos diciendo: «Señor, confío en ti y me someto a tu voluntad. Tú eres mi guía y mi protector.» Y al alegrarnos con temblor, estamos expresando nuestra gratitud y nuestra adoración a un Dios que nos ha bendecido abundantemente.

Hermanos y hermanas, que este versículo se grabe en nuestros corazones y nos inspire a vivir una vida de servicio a Dios con temor y alegría. Que en cada acción, en cada palabra y en cada pensamiento, podamos honrar al Señor con reverencia y gozo. Recordemos siempre que Él es digno de nuestra adoración y que en su presencia encontramos plenitud de gozo.

Así que, en medio de las adversidades, en medio de las pruebas y tribulaciones, recordemos las palabras del salmista: «Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor.» Permítannos renovar nuestro compromiso de buscar a Dios con todo nuestro ser, de servirle con reverencia y de alegrarnos en su presencia. Que nuestro testimonio sea un reflejo de la grandeza y el amor de nuestro Dios.

En conclusión, hermanos y hermanas, el Salmo 2:11 nos invita a servir a Dios con temor y alegrarnos con temblor. Es un recordatorio de que nuestro Dios es digno de nuestra adoración y reverencia, pero también nos invita a experimentar una alegría profunda y genuina en su presencia. Que este versículo sea un faro de esperanza y guía en nuestra vida diaria, y que siempre busquemos honrar a Dios en todo lo que hacemos. ¡Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor!

Salmo 2:11 – ¡Servid a Dios con temor y alegraos con temblor!