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Batalla Espiritual: Cita Bíblica, Nuestra Lucha No es Contra Carne


Cita Bíblica: Nuestra Lucha No Es Contra Carne

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy me gustaría compartir con ustedes una verdad poderosa que se encuentra en la Palabra de Dios. En Efesios 6:12, leemos: «Porque nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales» (Efesios 6:12, RV).

Esta cita bíblica nos recuerda que nuestra lucha en este mundo no es física ni carnal, sino espiritual. Vivimos en un mundo lleno de desafíos y adversidades, pero debemos entender que el verdadero enemigo no es la gente que nos rodea, sino las fuerzas espirituales del mal que buscan destruirnos.

En nuestra vida diaria, a menudo nos encontramos con personas que nos lastiman, nos hieren o nos decepcionan. Es fácil sucumbir a la tentación de culpar y pelear contra ellos. Pero la Palabra de Dios nos insta a mirar más allá de las apariencias y reconocer que detrás de cada conflicto hay una batalla espiritual en juego.

Nuestra lucha no es contra carne y sangre, no es contra nuestro vecino, nuestro compañero de trabajo o incluso nuestro enemigo declarado. Nuestra lucha es contra los principados y potestades, las fuerzas espirituales de maldad que intentan dividirnos, debilitarnos y alejarnos de la voluntad de Dios.

Entonces, ¿cómo podemos enfrentar esta lucha espiritual? La respuesta se encuentra en los versículos siguientes, en Efesios 6:13-18. Dios nos ha provisto de una armadura espiritual para defendernos y resistir las artimañas del enemigo.

En primer lugar, debemos ceñirnos con el cinturón de la verdad. La verdad de la Palabra de Dios nos protege y nos guía en medio de la confusión y el engaño. Luego, debemos ponernos la coraza de justicia, viviendo vidas rectas y obedientes a Dios. Nuestros corazones deben estar cubiertos por la paz que viene de conocer a Cristo como nuestro Salvador. Además, debemos tomar el escudo de la fe, que nos protege de los dardos inflamados del maligno.

No podemos olvidar el casco de la salvación, que nos asegura la victoria en Cristo. Y finalmente, debemos empuñar la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Con ella, podemos enfrentar cualquier ataque del enemigo y declarar la verdad de Dios sobre nuestras vidas.

Queridos hermanos y hermanas, no debemos subestimar la importancia de esta verdad en nuestras vidas. Nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados y potestades. Debemos dejar de pelear unas contra otras y unirnos en oración y amor para vencer al enemigo común.

Cuando enfrentemos dificultades, conflictos o pruebas, recordemos que nuestro verdadero enemigo es espiritual. No nos dejemos arrastrar por la ira, el resentimiento o el odio. En su lugar, oremos por aquellos que nos persiguen y busquemos la guía y protección de Dios en todo momento.

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, no olvidemos nunca esta poderosa verdad: «Porque nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales» (Efesios 6:12, RV). Mantengámonos firmes en la fe y en la verdad de la Palabra de Dios, y confiemos en que Él nos dará la victoria sobre todas las adversidades que enfrentemos.

Que el Señor nos fortalezca y nos guíe en nuestra lucha espiritual. Amén.

Cita Bíblica: Nuestra Lucha No Es Contra Carne