Salmos 1 1 2 – Bendecido el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes un salmo especial, el Salmo 1 1 2. Este salmo nos enseña la importancia de vivir una vida bendecida y cómo podemos lograrlo a través del temor y la obediencia a Dios.
El salmista comienza diciendo: “Bendecido el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores”. Aquí vemos que el salmista nos anima a alejarnos de la compañía y las influencias negativas que nos rodean en el mundo. Nos insta a no seguir los consejos de los malvados, a no caminar en los caminos pecaminosos y a no sentarnos en la compañía de aquellos que se burlan de Dios y de su palabra.
En lugar de eso, el salmista nos dice en el versículo 2: “Antes bien, en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”. Aquí encontramos la clave para vivir una vida bendecida: deleitarnos en la Palabra de Dios y meditar en ella constantemente. Cuando nos sumergimos en la Palabra y la estudiamos diligentemente, encontramos sabiduría, dirección y consuelo en medio de los desafíos de la vida.
El salmista continúa diciendo en el versículo 3: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. Aquí vemos una hermosa imagen de la persona que encuentra su fortaleza y sustento en Dios. Así como el árbol plantado junto a corrientes de agua, esta persona es firme, fructífera y nunca se marchita. Todo lo que emprenda prosperará porque está arraigado en Dios y su Palabra.
Hermanos y hermanas, esta es una promesa maravillosa que Dios nos ofrece a todos. Si nos deleitamos en su Palabra, si meditamos en ella día y noche, seremos bendecidos y prosperaremos. No importa cuáles sean las circunstancias que enfrentemos, si confiamos en Dios y seguimos sus mandamientos, Él nos guiará y nos dará la fuerza para superar cualquier adversidad.
En estos tiempos difíciles, es importante recordar que Dios es nuestro refugio y fortaleza. Podemos encontrar consuelo y paz en su Palabra. Así como el salmista nos enseña en el Salmo 1 1 2, si nos alejamos del mal y nos aferramos a Dios, seremos bendecidos y prosperaremos.
Así que, queridos hermanos y hermanas, no permitamos que las influencias negativas del mundo nos desvíen de nuestro camino con Dios. Mantengamos nuestros ojos puestos en Él, deleitémonos en su Palabra y meditemos en ella día y noche. Sigamos los pasos del hombre bendecido descrito en el Salmo 1 1 2 y confiemos en que Dios cumplirá sus promesas en nuestras vidas.
En conclusión, el Salmo 1 1 2 nos muestra el camino hacia una vida bendecida y próspera. Al alejarnos de la maldad y meditar en la Palabra de Dios, encontramos fortaleza, dirección y éxito en todo lo que emprendemos. Así que, hermanos y hermanas, no dejemos de lado esta sabiduría divina. Sigamos el ejemplo del salmista y vivamos una vida que honre y glorifique a Dios. Confíemos en que Él nos guiará y nos bendecirá en abundancia.
Salmos 1 1 2 – Bendecido el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores.
Que este salmo sea una guía constante en nuestras vidas y que nos inspire a buscar a Dios en todo momento. Que podamos encontrar nuestra fortaleza y sustento en su Palabra, y que seamos instrumentos de bendición en el mundo en el que vivimos.
Que Dios les bendiga abundantemente.
Salmos 1 1 2 – Bendecido el hombre que no anda en consejo de malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores.