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Bendecido serás: Salmos 144:12 te revela la promesa divina


Salmos 144:12 en la versión Reina Valera de la Biblia nos dice: «Que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes, como plantas jóvenes; que nuestras hijas sean hermosas, como las columnas talladas para adornar un palacio.» Estas palabras, provenientes del corazón de Dios, nos llenan de esperanza y nos invitan a reflexionar sobre la importancia de criar e influir en la vida de nuestros hijos de una manera positiva y significativa.

Como padres, deseamos lo mejor para nuestros hijos. Queremos verlos crecer en salud y fortaleza, tanto física como emocionalmente. A medida que los vemos florecer, nos sentimos llenos de gozo y satisfacción. Pero, ¿cuál es la clave para criar hijos sanos y fuertes?

La respuesta se encuentra en la Palabra de Dios. El salmista nos recuerda que nuestros hijos deben crecer «como plantas jóvenes». Al igual que una planta necesita cuidado, protección y nutrientes para crecer y desarrollarse, nuestros hijos también necesitan ser alimentados y nutridos en todos los aspectos de su vida.

En primer lugar, debemos nutrir a nuestros hijos espiritualmente. Enseñarles los valores y principios bíblicos desde una edad temprana es fundamental para su crecimiento espiritual. Como padres, tenemos la responsabilidad de guiarlos en el camino de Dios y mostrarles cómo tener una relación personal con Jesucristo. Enséñeles a orar, a leer la Biblia y a confiar en Dios en todas las circunstancias de la vida.

Además, debemos nutrir a nuestros hijos emocionalmente. El ambiente en el hogar juega un papel crucial en su desarrollo emocional. Demostremos amor incondicional, aceptación y apoyo hacia ellos. Escuchemos sus preocupaciones, alegrías y tristezas. Brindémosles un espacio seguro donde puedan expresarse libremente y ser ellos mismos. Esto les ayudará a desarrollar una autoestima saludable y a manejar sus emociones de manera adecuada.

Asimismo, debemos nutrir a nuestros hijos físicamente. Una buena alimentación, ejercicio regular y descanso adecuado son fundamentales para su crecimiento y desarrollo físico. Fomentemos hábitos saludables en su estilo de vida y enseñémosles a cuidar su cuerpo como un templo sagrado que Dios les ha dado.

No podemos olvidar la importancia de nutrir a nuestros hijos mentalmente. Estimulemos su mente a través de la educación, la lectura y la exploración. Motivémosles a aprender y a desarrollar sus habilidades y talentos. Brindémosles oportunidades para crecer intelectualmente y alcanzar su máximo potencial.

En resumen, criar hijos sanos y fuertes implica nutrirlos en todas las áreas de su vida: espiritual, emocional, física y mental. Como padres, tenemos la responsabilidad de guiarlos y protegerlos, pero también de permitirles crecer y desarrollarse como individuos únicos y valiosos.

Recordemos las palabras del salmista en Salmos 144:12: «Que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes, como plantas jóvenes; que nuestras hijas sean hermosas, como las columnas talladas para adornar un palacio.» Estas palabras son un recordatorio de la bendición que nuestros hijos son para nosotros y la responsabilidad que tenemos de criarlos de acuerdo con los principios de Dios.

En conclusión, queridos padres, invirtamos tiempo y esfuerzo en criar a nuestros hijos de una manera que les permita crecer sanos y fuertes en todas las áreas de sus vidas. Busquemos la sabiduría y la guía de Dios en este proceso. Recuerden siempre que nuestros hijos son un regalo de Dios y que su crecimiento y desarrollo son una responsabilidad sagrada. Que nuestras acciones, palabras y amor reflejen la grandeza de Dios en sus vidas.

Salmos 144:12: «Que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes, como plantas jóvenes; que nuestras hijas sean hermosas, como las columnas talladas para adornar un palacio.»