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Bendición divina: Salmo 127:3-4, gozo en la familia


Salmo 127:3-4 – «He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje bíblico que nos llena de esperanza y nos recuerda la importancia y bendición de tener hijos. En el Salmo 127:3-4, el salmista nos dice: «He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.»

Estas palabras nos revelan la maravillosa verdad de que los hijos son un regalo de Dios, una herencia que Él nos confía. No importa las circunstancias o desafíos que enfrentemos en la crianza de nuestros hijos, debemos recordar que son una bendición divina. Cada vez que miremos a nuestros hijos, debemos recordar que son un tesoro precioso, un fruto del amor y la gracia de Dios.

En el mundo actual, donde a menudo se minimiza el valor de la vida y se promueve la cultura del egoísmo, es fundamental recordar que los hijos son una bendición y una responsabilidad que debemos honrar. El salmista compara a los hijos con las flechas en manos de un valiente. Así como las flechas son una herramienta poderosa en manos de un guerrero, nuestros hijos tienen el potencial de marcar una diferencia significativa en este mundo.

Cada niño que Dios nos da tiene un propósito y un llamado único. Como padres, debemos nutrir, enseñar y guiar a nuestros hijos para que puedan alcanzar el pleno potencial que Dios ha colocado en ellos. Es nuestro deber criarlos en los caminos del Señor y enseñarles los valores y principios de su Palabra.

La crianza de los hijos puede ser desafiante y agotadora, pero también es una de las experiencias más gratificantes y satisfactorias que podemos tener en esta vida. A través de nuestros hijos, podemos experimentar el amor incondicional, la alegría y la esperanza. Ellos nos enseñan lecciones de paciencia, sacrificio y perdón. Además, nos inspiran a ser mejores personas y a vivir una vida centrada en Dios.

Es importante recordar que criar a nuestros hijos en la fe cristiana no es solo enseñarles sobre Dios y llevarlos a la iglesia. Es vivir un estilo de vida que refleje nuestros valores y creencias. Es modelar el amor y la gracia de Dios en todas nuestras acciones y decisiones. Nuestros hijos aprenden más a través de lo que ven en nosotros que de lo que escuchan de nosotros.

Por lo tanto, como padres y líderes espirituales en nuestros hogares, debemos esforzarnos por vivir una vida de integridad y humildad. Debemos ser ejemplos de fe y confianza en Dios. Debemos orar por nuestros hijos y enseñarles a orar. Debemos enseñarles a amar y respetar a los demás, a ser generosos y compasivos, a buscar la justicia y a vivir en obediencia a la voluntad de Dios.

En conclusión, el Salmo 127:3-4 nos recuerda que nuestros hijos son una herencia de Jehová, un regalo valioso que debemos apreciar y cuidar. Son como flechas en manos de un valiente, con el potencial de marcar una diferencia en el mundo. Como padres y líderes espirituales, tenemos la responsabilidad y el privilegio de criar a nuestros hijos en los caminos del Señor. Recordemos siempre la importancia de esta tarea y confiemos en Dios para guiarnos en cada paso del camino.

Que el Salmo 127:3-4 sea una fuente de inspiración y fortaleza para todos nosotros. Recordemos que nuestros hijos son un regalo divino, y a través de ellos, podemos experimentar el amor y la gracia de Dios en nuestras vidas.

Salmo 127:3-4 – «He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.»

Que Dios los bendiga ricamente en esta hermosa tarea de criar a sus hijos conforme a Su voluntad.

Con amor en Cristo,

[Su nombre]

Salmo 127:3-4 – «He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.»