Salmo 128:1-2
“1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en sus caminos.
2 Cuando comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá bien.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje de la Palabra de Dios que nos trae gran bendición y aliento. Es el Salmo 128:1-2, que nos habla de la felicidad y prosperidad que experimenta aquel que teme al Señor y sigue sus caminos.
El salmista nos dice: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.” Ser bienaventurado significa ser verdaderamente feliz y bendecido por Dios. La clave para experimentar esta bendición es temer al Señor y seguir sus caminos. El temor a Jehová no significa tener miedo de Él, sino tener un profundo respeto, reverencia y obediencia hacia su Palabra.
Cuando vivimos en el temor de Dios y caminamos en sus senderos, encontramos la verdadera felicidad y bienestar en todas las áreas de nuestra vida. El salmista continúa diciendo: “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.” Esto nos muestra que cuando trabajamos diligentemente y honramos a Dios en todo lo que hacemos, Él bendecirá nuestros esfuerzos y nos prosperará.
Es importante destacar que la bendición de Dios no solo se limita a nuestras necesidades materiales, sino que también abarca nuestra vida espiritual y emocional. Cuando tememos al Señor y seguimos sus caminos, experimentamos una paz y alegría que solo Él puede dar. Nuestro corazón se llena de gratitud y satisfacción al ver cómo Dios nos cuida y provee para nosotros de manera abundante.
Hermanos y hermanas, en medio de los desafíos y dificultades que enfrentamos en esta vida, es crucial recordar las promesas de Dios en Salmo 128:1-2. No importa cuál sea nuestra situación actual, si confiamos en el Señor y caminamos en sus caminos, podemos estar seguros de que Él nos bendecirá y nos irá bien.
Permítanme animarlos a que vivan cada día con un corazón temeroso de Dios y una actitud de obediencia a su Palabra. Rindamos todo nuestro trabajo a Él y confiemos en que Él nos guiará y nos bendecirá en todo lo que hagamos. Nuestra recompensa será una vida plena de felicidad y prosperidad, no solo en esta tierra, sino también en la eternidad.
Que estas palabras del Salmo 128:1-2 resuenen en nuestros corazones y nos impulsen a vivir una vida que honre y glorifique al Señor. Que nuestra fe se fortalezca al recordar que, como hijos de Dios, somos verdaderamente bienaventurados cuando tememos y seguimos a nuestro amado Padre celestial.
En conclusión, recordemos una vez más las palabras del salmista: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.” Que estas palabras nos inspiren y nos guíen en nuestro caminar diario con Dios.
Que el Señor bendiga abundantemente sus vidas y que experimenten la verdadera felicidad y prosperidad que proviene de temer y seguir al Señor. Amén.
Salmo 128:1-2
“1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en sus caminos.
2 Cuando comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá bien.”
Salmo 128:1-2
“1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en sus caminos.
2 Cuando comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá bien.”