Cita Bíblica de la Obediencia: “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.” (2 Juan 1:6)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles sobre la importancia de la obediencia a Dios y cómo esta nos lleva a vivir una vida llena de bendiciones y amor. La Cita Bíblica de la Obediencia que nos acompaña en este artículo, nos recuerda que el amor verdadero se manifiesta en nuestra obediencia a los mandamientos del Señor. Así que, ¿por qué es tan importante obedecer a Dios? ¿Qué nos dice la Palabra de Dios al respecto?
La obediencia a Dios es un acto de amor y reverencia hacia Él. Como cristianos, hemos sido llamados a vivir una vida en obediencia a los mandamientos del Señor. En Deuteronomio 11:1, Moisés nos dice: “Amarás, pues, al SEÑOR tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos todos, todos los días.” Aquí vemos claramente que la obediencia es una muestra de nuestro amor hacia Dios. Cuando obedecemos a Dios, demostramos que confiamos en Él y que creemos en Su Palabra.
La obediencia también nos protege y nos guía en el camino correcto. En Salmos 119:105 leemos: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” Cuando seguimos los mandamientos de Dios, estamos siguiendo Su guía para nuestras vidas. Él nos muestra el camino que debemos tomar y nos protege de caer en trampas y desviarnos de Su propósito para nosotros. La obediencia a Dios nos da dirección y nos permite vivir una vida en armonía con Su voluntad.
La obediencia a Dios también trae bendiciones a nuestras vidas. En Deuteronomio 28:1-2, Dios dice: “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.” Aquí vemos que la obediencia a Dios trae bendiciones y nos permite experimentar Su favor en nuestras vidas. Cuando obedecemos a Dios, Él nos recompensa con abundancia y nos muestra Su amor y fidelidad.
La obediencia a Dios también nos ayuda a crecer espiritualmente. En Juan 14:23, Jesús dice: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Cuando obedecemos a Dios, abrimos nuestro corazón para que Él tenga morada en nosotros. La obediencia nos acerca más a Dios y nos permite tener una relación más íntima con Él. A medida que obedecemos a Dios, su Palabra se arraiga en nuestro corazón y nos transforma en personas más semejantes a Cristo.
Queridos hermanos y hermanas, la obediencia a Dios es un llamado que todos debemos atender. No es una opción, sino una respuesta de amor y gratitud hacia nuestro Creador. Cuando obedecemos a Dios, demostramos nuestro amor por Él, nos protegemos y guiamos en el camino correcto, experimentamos bendiciones en nuestras vidas y crecemos espiritualmente. Así que, ¿cómo podemos ser obedientes a Dios?
En primer lugar, debemos estudiar Su Palabra. La Biblia es nuestra guía y nos muestra los mandamientos de Dios. Debemos leerla, meditar en ella y aplicarla a nuestras vidas diarias. En segundo lugar, debemos orar y pedirle a Dios que nos ayude a ser obedientes. La obediencia no siempre es fácil, pero con la ayuda de Dios, podemos hacerlo. Finalmente, debemos confiar en que Dios nos guiará y nos dará la fuerza que necesitamos para obedecerle.
Queridos hermanos y hermanas, que la Cita Bíblica de la Obediencia nos inspire a vivir una vida en obediencia a Dios. Que nuestro amor por Él se manifieste en nuestra obediencia a Sus mandamientos. Recordemos siempre que la obediencia a Dios nos protege, nos guía, nos bendice y nos acerca más a Él. Así que, demos un paso de fe y decidamos hoy mismo ser obedientes a Dios en todas las áreas de nuestra vida. ¡Que el Señor nos bendiga y nos ayude a vivir una vida en obediencia a Él!
Cita Bíblica de la Obediencia: “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.” (2 Juan 1:6)