¡Bienvenidos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero hablarles sobre un tema fundamental en nuestra vida cristiana: el respeto. El respeto es un valor que debemos cultivar y practicar en todas nuestras relaciones, ya sea con Dios, con nosotros mismos o con nuestros semejantes. En la Biblia encontramos una cita que nos habla claramente sobre este tema, en Proverbios 21:21 (Reina Valera), dice: «El que sigue la justicia y el amor hallará vida, prosperidad y honra».
El respeto es una muestra de amor hacia los demás. Cuando respetamos a nuestros semejantes, estamos reconociendo su dignidad y valor como seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios. El apóstol Pedro nos exhorta en su primera carta, capítulo 2, versículo 17 (Reina Valera): «Honren a todos. Amen a los hermanos, teman a Dios, honren al rey». Este versículo nos recuerda que el respeto debe ser una actitud constante en nuestras vidas, no solo hacia aquellos que nos agradan, sino hacia todos, sin hacer acepción de personas.
El respeto además implica reconocer y aceptar las diferencias entre las personas. Cada uno de nosotros ha sido creado único y especial, con dones y talentos distintos. El apóstol Pablo nos enseña en Romanos 12:10 (Reina Valera): «En amor fraternal, sean afectuosos unos con otros. En cuanto a honra, prefieran unos a otros». Aquí se nos anima a valorar y apreciar la diversidad, a tratar a los demás con afecto y a darles un lugar de honor en nuestras vidas.
En nuestra relación con Dios también debemos manifestar respeto. Él es nuestro Padre celestial, el Creador del universo, y merece toda nuestra reverencia y adoración. El libro de Salmos nos enseña en el capítulo 89, versículo 7 (Reina Valera): «Dios es temible en el consejo de los santos, e inmenso sobre todos los que están alrededor de él». Reconocer su grandeza y soberanía nos ayuda a mantener una actitud de reverencia y respeto hacia Él.
El respeto también se aplica a nosotros mismos. Somos templos del Espíritu Santo, y debemos cuidar nuestro cuerpo, mente y espíritu. Esto implica tomar decisiones que nos edifiquen y nos acerquen a la santidad. Como nos enseña el apóstol Pablo en 1 Corintios 6:19-20 (Reina Valera): «¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren a Dios con su cuerpo».
Queridos hermanos y hermanas, el respeto es una virtud que debemos cultivar en todas nuestras relaciones. Al respetar a los demás, estamos reflejando el amor de Cristo y construyendo puentes de unidad y paz. Recordemos siempre la cita bíblica del respeto, en Proverbios 21:21 (Reina Valera): «El que sigue la justicia y el amor hallará vida, prosperidad y honra». Sigamos el ejemplo de Jesús, quien nos amó y respetó hasta dar su vida por nosotros en la cruz.
En conclusión, el respeto es una expresión de amor hacia Dios, hacia nosotros mismos y hacia los demás. Es reconocer la dignidad y el valor de cada persona, tratándola con afecto y honra. Cultivemos el respeto en nuestras vidas, guiados por la Palabra de Dios y el ejemplo de Jesucristo. Que la cita bíblica del respeto resuene en nuestros corazones y se refleje en nuestras acciones diarias.
Que Dios los bendiga y les conceda la gracia de vivir una vida llena de respeto y amor.
Cita Bíblica del Respeto: Proverbios 21:21 (Reina Valera) «El que sigue la justicia y el amor hallará vida, prosperidad y honra».