Cita Bíblica del Viernes Santo: Mateo 27:45-54
Hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy nos encontramos reunidos para conmemorar un día muy especial en nuestra fe cristiana: el Viernes Santo. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre el sacrificio supremo que Jesús hizo por nosotros en la cruz del Calvario. Es un día de profunda tristeza pero también de esperanza y redención.
En Mateo 27:45-54 encontramos la Cita Bíblica del Viernes Santo que nos relata los últimos momentos de Jesús en la cruz. Dice así:
«Desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. Y en seguida uno de ellos corrió, tomó una esponja, la llenó de vinagre y la puso en una caña, y le dio de beber. Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. Y el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.»
Estas palabras nos transportan al Calvario, al momento en que Jesús se entregó en sacrificio por nuestros pecados. En medio de la oscuridad y el sufrimiento, Jesús clamó a Dios, expresando su angustia pero también su confianza en el plan divino. Su entrega fue total, hasta el último aliento.
Este pasaje también nos muestra el poder sobrenatural de la muerte de Jesús. El velo del templo se rasgó en dos, simbolizando el acceso directo que ahora tenemos a Dios a través de Cristo. La tierra tembló y las rocas se partieron, evidenciando que algo extraordinario había ocurrido. Incluso los sepulcros se abrieron y muchos santos resucitaron, prefigurando la victoria final de la resurrección.
Al leer esta Cita Bíblica del Viernes Santo, somos conscientes de la importancia y el significado profundo de la cruz. Jesús, el Hijo de Dios, se entregó voluntariamente para reconciliarnos con el Padre y para librarnos del poder del pecado y la muerte. Su sacrificio nos ofrece salvación y vida eterna.
En este día sagrado, reflexionemos sobre el amor inmenso de Dios manifestado en la cruz. Contemplemos la grandeza de su misericordia y gracia. Recordemos que, aunque nuestro pecado nos separaba de Dios, Jesús tomó nuestro lugar y pagó el precio por nuestras transgresiones. Su muerte nos trajo vida.
Hermanos y hermanas, en este Viernes Santo, dejemos que la Cita Bíblica del Viernes Santo nos inspire a vivir en gratitud y adoración. Agradezcamos a Dios por su sacrificio y comprometámonos a seguir sus enseñanzas y ejemplo. Que nuestras vidas reflejen el amor y la redención que encontramos en la cruz.
Recordemos siempre que el Viernes Santo no es el final de la historia. Jesús resucitó al tercer día, venciendo la muerte y abriendo el camino hacia la vida eterna. La Cita Bíblica del Viernes Santo nos lleva a la cruz, pero también nos señala hacia la victoria de la resurrección.
En este Viernes Santo, que nuestra fe se fortalezca y nuestra esperanza se renueve. Que podamos vivir cada día recordando el sacrificio de Jesús y compartiendo su amor con aquellos que nos rodean.
Que Dios nos bendiga abundantemente en este día sagrado. Amén.
Cita Bíblica del Viernes Santo: Mateo 27:45-54