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Cita Bíblica: El Milagro de la Mujer del Flujo de Sangre


Cita Bíblica De La Mujer Del Flujo De Sangre: Lucas 8:43-48

¡Saludos queridos hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una historia maravillosa que se encuentra en la Biblia. Es la historia de una mujer valiente y llena de fe, conocida como la mujer del flujo de sangre. Esta historia se encuentra en el libro de Lucas, capítulo 8, versículos 43 al 48. Permítanme llevarlos a través de este pasaje y compartirles algunas lecciones inspiradoras que podemos extraer de él.

En este pasaje, Jesús se encuentra rodeado de una multitud que lo sigue y buscando ser sanados por Él. En medio de la multitud, hay una mujer que ha sufrido durante doce años de un flujo de sangre continuo. Imaginen el dolor físico y emocional que esta mujer debió haber soportado durante tanto tiempo. Pero a pesar de su sufrimiento, ella no pierde la esperanza y cree firmemente que si tan solo puede tocar el manto de Jesús, será sanada.

La mujer del flujo de sangre se acerca por detrás y toca el borde del manto de Jesús. Y en ese instante, Jesús se da cuenta de que ha ocurrido algo especial. Él pregunta quién lo ha tocado, a lo cual los discípulos responden sorprendidos: “Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién me ha tocado?” (Lucas 8:45, RVR1960). Pero Jesús insiste y busca a la persona que lo ha tocado, hasta que la mujer se acerca temerosa y confiesa lo que ha hecho.

En lugar de reprenderla o regañarla, Jesús la llama hija y le dice: “Tu fe te ha salvado; ve en paz” (Lucas 8:48, RVR1960). Qué hermosas palabras de Jesús, palabras llenas de amor y compasión. La mujer del flujo de sangre fue sanada instantáneamente debido a su fe y su valentía de acercarse a Jesús.

Esta historia nos enseña varias lecciones poderosas. En primer lugar, nos muestra el poder de la fe. A pesar de las dificultades y los obstáculos que enfrentamos en la vida, nuestra fe en Jesús puede llevarnos a la sanidad y a la restauración. La fe nos permite creer en los milagros y confiar en que Dios tiene el poder de cambiar nuestras vidas.

En segundo lugar, esta historia nos habla del amor y la compasión de Jesús. A diferencia de la sociedad de aquel tiempo, donde las personas con enfermedades eran a menudo excluidas y rechazadas, Jesús muestra su amor incondicional al aceptar a esta mujer y llamarla hija. Jesús no nos juzga por nuestras imperfecciones o enfermedades, sino que nos acoge y nos ofrece su amor y gracia.

Por último, esta historia nos enseña sobre la importancia de acercarnos a Jesús sin importar las circunstancias. A pesar de la multitud que rodeaba a Jesús, esta mujer decidió arriesgarse y confiar en que si tan solo tocaba su manto, sería sanada. A veces, en nuestra vida diaria, podemos sentir que estamos rodeados de multitudes y problemas, pero si nos acercamos a Jesús con fe, Él siempre nos escuchará y responderá.

Queridos hermanos y hermanas, la historia de la mujer del flujo de sangre es una historia de esperanza, fe y sanidad. Nos demuestra que no importa cuánto tiempo hayamos estado sufriendo, ni cuán imposible parezca nuestra situación, siempre hay esperanza en Jesús. No importa cuántas veces hayamos sido rechazados o excluidos, Jesús siempre nos acepta y nos llama hijos e hijas. No importa cuántas veces hayamos fallado, Él siempre está dispuesto a perdonarnos y restaurarnos.

Así que los animo a que, al igual que la mujer del flujo de sangre, coloquen su fe en Jesús. Acérquense a Él sin importar las circunstancias y confíen en que Él tiene el poder de sanar, restaurar y transformar sus vidas. Recuerden siempre que, como dice la Cita Bíblica De La Mujer Del Flujo De Sangre: Lucas 8:43-48, nuestra fe puede salvarnos y llevarnos a la paz.

Que el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo los bendigan abundantemente. Amén.

Cita Bíblica De La Mujer Del Flujo De Sangre: Lucas 8:43-48