Cita Bíblica: “Es necesario que yo me vaya”
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una hermosa enseñanza basada en la Palabra de Dios. En Juan 16:7, Jesús nos dice: “Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”.
Estas palabras de nuestro Señor Jesucristo pueden sorprendernos, ya que naturalmente pensaríamos que tener a Jesús físicamente presente sería lo mejor para nosotros. Sin embargo, Jesús nos revela una verdad profunda y llena de amor: es necesario que Él se vaya para que el Espíritu Santo venga a nosotros.
¿Pero por qué es necesario que Jesús se vaya? La respuesta se encuentra en la misión del Espíritu Santo. Jesús promete enviarnos al Consolador, quien nos guiará, nos enseñará y nos recordará todo lo que Él nos ha dicho. El Espíritu Santo es nuestro compañero divino, aquel que nos capacita para vivir una vida plena y victoriosa en Cristo.
Cuando Jesús caminó en la tierra, Su presencia estaba limitada a un lugar y tiempo específicos. Pero al enviar al Espíritu Santo, Jesús asegura que Su presencia y poder estarán con nosotros siempre. El Espíritu Santo es una manifestación tangible del amor y la fidelidad de Dios hacia nosotros.
El Espíritu Santo es nuestro consolador en los momentos de dificultad y aflicción. Nos fortalece y nos da paz en medio de las tormentas de la vida. Él nos guía en la toma de decisiones, nos habla al corazón y nos revela la voluntad de Dios. En momentos de confusión y desesperanza, podemos confiar en que el Espíritu Santo nos dará sabiduría y discernimiento.
Además, el Espíritu Santo nos capacita para cumplir la gran comisión que Jesús nos dejó: predicar el evangelio a todas las naciones. Él nos llena de poder para ser testigos de Cristo, para llevar Su luz y amor a un mundo perdido y necesitado. No estamos solos en esta tarea, sino que contamos con la presencia y el poder del Espíritu Santo que obra en nosotros y a través de nosotros.
Es importante destacar que la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas no se limita solo a la salvación y el servicio, sino que también nos transforma interiormente. El Espíritu Santo nos moldea a la imagen de Cristo, nos capacita para vencer el pecado y nos produce frutos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Queridos hermanos y hermanas, reflexionemos sobre la importancia de la partida de Jesús y la venida del Espíritu Santo. Agradezcamos a Dios por Su plan perfecto y por darnos la oportunidad de experimentar Su presencia y poder en nuestras vidas. No dejemos que la rutina o las preocupaciones nos alejen de la comunión con el Espíritu Santo, sino busquemos constantemente Su guía y dirección.
Recordemos siempre esta cita bíblica: “Es necesario que yo me vaya”. Jesús, en Su infinita sabiduría, sabe lo que es mejor para nosotros. Su partida física no significa que estemos solos, sino que hemos sido bendecidos con la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Oremos para que el Espíritu Santo nos llene cada día, nos guíe en cada paso y nos capacite para llevar a cabo la obra de Dios en este mundo. Que nuestras vidas sean testimonio vivo del poder y la gracia del Espíritu Santo en nosotros.
En conclusión, amados hermanos y hermanas, recordemos siempre que es necesario que Jesús se vaya para que el Espíritu Santo venga a nosotros. Abracemos esta verdad y vivamos en comunión constante con el Espíritu Santo. Que Su presencia transforme nuestras vidas y nos capacite para cumplir el propósito divino en nosotros.
Que la paz del Señor y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes. Amén.
Cita Bíblica: “Es necesario que yo me vaya” (Juan 16:7).