Cita Bíblica Fallecimiento
Introducción:
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos en este lugar sagrado para reflexionar sobre un tema que, aunque doloroso, es inevitable en la vida de todo ser humano: el fallecimiento. La muerte es una realidad que nos afecta a todos, sin importar nuestra edad, posición social o creencias religiosas. Sin embargo, como cristianos, encontramos consuelo y esperanza en las palabras de nuestro Señor.
La partida de un ser querido:
Cuando enfrentamos la pérdida de un ser querido, a menudo nos embarga una profunda tristeza y nos invade un sentimiento de vacío. Es en estos momentos de dolor que debemos recordar la promesa de Dios de estar siempre con nosotros. En el libro de Salmos encontramos estas palabras reconfortantes: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmos 23:4 RV).
Nuestro amado Señor Jesucristo también experimentó la pérdida y el dolor cuando su amigo Lázaro murió. Sin embargo, Jesús nos enseña que la muerte no es el final, sino un paso hacia la vida eterna. Él dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25 RV). Estas palabras nos llenan de esperanza y nos recuerdan que la muerte no tiene poder sobre aquellos que confían en Cristo.
Un consuelo que trasciende la muerte:
Cuando enfrentamos la muerte de un ser amado, es natural preguntarnos qué sucede después de la partida. La Biblia nos asegura que aquellos que han creído en Jesús como su Salvador tienen la promesa de vida eterna. En el libro de Juan, Jesús nos dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24 RV).
La vida eterna no es solo una promesa para después de la muerte, sino que comienza en el momento en que entregamos nuestras vidas a Cristo. El apóstol Pablo nos anima con estas palabras: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21 RV). Sabemos que aquellos que han partido en Cristo están en Su presencia, disfrutando de la plenitud de Su amor y gozo.
El consuelo para los que quedamos:
Para aquellos de nosotros que hemos experimentado la pérdida de un ser querido, es importante recordar que el proceso de duelo es normal y necesario. Sin embargo, no debemos permitir que el dolor nos consuma por completo, sino que debemos aferrarnos a la esperanza que tenemos en Cristo.
En el libro de Apocalipsis, encontramos estas palabras de consuelo: “Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4 RV). Esta promesa nos asegura que un día estaremos reunidos nuevamente con aquellos que hemos perdido, en un lugar donde no habrá más dolor ni sufrimiento.
Conclusión:
Queridos hermanos y hermanas, la muerte es una realidad que enfrentamos todos los días. Sin embargo, como cristianos, tenemos la certeza de que la muerte no tiene la última palabra. Tenemos la esperanza de la vida eterna en Cristo Jesús, quien venció la muerte y nos ofrece el regalo de la salvación.
En medio de nuestras lágrimas y tristeza, recordemos las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25 RV). Aunque sintamos el dolor de la pérdida, tenemos la seguridad de que nuestros seres queridos que han partido en Cristo están en Su presencia, gozando de una vida eterna llena de amor y paz.
Que esta cita Bíblica Fallecimiento sea un recordatorio constante de la esperanza que tenemos en Cristo y de la promesa de vida eterna que nos ha sido dada. No dejemos que el dolor nos consuma, sino que nos aferramos a la esperanza y al consuelo que solo Él puede brindarnos.
Cita Bíblica Fallecimiento: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25 RV).