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Cita Bíblica: ¡Id y Predicad el Evangelio!


Cita Bíblica: «Id, y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15, RV).

¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!

Hoy quiero recordarles el mandato que nuestro Señor Jesucristo nos dejó antes de ascender al cielo: «Id, y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15, RV). Estas palabras son un recordatorio constante de nuestra misión como seguidores de Cristo: llevar las buenas nuevas de salvación a todos los rincones de la Tierra.

El llamado a predicar el evangelio no es exclusivo de unos pocos, sino que es una responsabilidad que recae sobre cada uno de nosotros como creyentes. No importa nuestra edad, género o habilidades, todos somos llamados a compartir el mensaje de esperanza y redención que encontramos en Cristo Jesús.

¿Pero qué significa realmente predicar el evangelio? No se trata solamente de pararse en un púlpito y dar un sermón. Predicar el evangelio va más allá de eso. Es vivir nuestras vidas de tal manera que reflejemos el amor y la gracia de Dios en todo lo que hacemos y decimos.

Cuando vivimos nuestras vidas de acuerdo con los principios y enseñanzas de la Palabra de Dios, estamos predicando el evangelio. Nuestro testimonio personal tiene un impacto mucho mayor de lo que podemos imaginar. Las personas observan nuestras vidas y se preguntan qué es lo que nos hace diferentes. Ese es el momento perfecto para compartir las buenas nuevas de salvación.

La predicación del evangelio no solo se limita a nuestras acciones, sino también a nuestras palabras. Debemos estar dispuestos a hablar de nuestra fe y compartir las verdades bíblicas con aquellos que no conocen a Cristo. No debemos tener miedo de ser rechazados o ridiculizados, pues el Espíritu Santo nos empoderará y nos dará las palabras adecuadas en el momento oportuno.

La Gran Comisión que Jesús nos dio no tiene límites geográficos. No importa dónde estemos o a quién nos encontremos, siempre debemos estar dispuestos a compartir el evangelio. Nuestro vecino, nuestro compañero de trabajo, un extraño en la calle; todos necesitan escuchar la buena noticia de la salvación en Cristo Jesús.

La predicación del evangelio también implica un elemento de urgencia. El tiempo es corto y las almas están en juego. No podemos permitirnos posponer la tarea de compartir el evangelio. Debemos ser diligentes y constantes en nuestro compromiso de llevar el mensaje de salvación a todos.

Hermanos y hermanas, la predicación del evangelio no es una opción, es una responsabilidad que debemos abrazar con pasión y fervor. No importa cuáles sean nuestras limitaciones o temores, el Espíritu Santo nos capacitará y nos guiará en esta gran misión.

Cita Bíblica: «Id, y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15, RV).

En conclusión, recordemos siempre el mandato de Jesús: «Id, y predicad el evangelio a toda criatura». No importa quiénes seamos o dónde nos encontremos, todos somos llamados a ser testigos de la gracia y el amor de Dios. Vivamos nuestras vidas de manera que reflejen a Cristo y estemos dispuestos a compartir las buenas nuevas con aquellos que nos rodean. El tiempo es corto y las almas están en juego. ¡Cumplamos con nuestra misión de predicar el evangelio a toda criatura!

Cita Bíblica: «Id, y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15, RV).