Cita Bíblica: “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:20)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy me gustaría reflexionar con ustedes sobre una poderosa cita bíblica que se encuentra en el libro de Ezequiel, capítulo 18, versículo 20: “El alma que pecare, esa morirá”. Estas palabras pueden parecer duras y desalentadoras, pero si miramos más profundamente, encontraremos un mensaje de esperanza y salvación.
En nuestra vida cotidiana, es inevitable que cometamos errores y pequeños pecados. Todos somos pecadores y no podemos negarlo. Sin embargo, la Palabra de Dios nos advierte sobre la gravedad del pecado y sus consecuencias. El pecado nos separa de Dios y nos lleva por caminos oscuros y destructivos. Pero, ¿qué significa exactamente que “el alma que pecare, esa morirá”?
Esta cita bíblica nos habla de la realidad espiritual. Nuestro pecado no solo afecta nuestra vida terrenal, sino también nuestra relación con Dios y nuestra vida eterna. El pecado es una enfermedad del alma que nos aleja de la presencia del Señor y nos lleva a la muerte espiritual. Pero no todo está perdido, mis amados hermanos y hermanas. Dios, en su infinito amor y misericordia, nos ofrece una solución.
La buena noticia es que Jesucristo vino al mundo para salvarnos de nuestros pecados y reconciliarnos con Dios. Él murió en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados y nos ofrece el regalo de la vida eterna. A través de su sacrificio, podemos ser perdonados y restaurados en nuestra relación con Dios. Jesús es la respuesta a nuestra condición pecadora y la única esperanza de salvación.
Es importante recordar que, aunque Dios nos ofrece su gracia y perdón, no podemos tomarlo a la ligera. No podemos abusar de su amor y seguir pecando deliberadamente. La cita bíblica nos advierte sobre las consecuencias del pecado, y debemos tomarlo en serio. Dios nos llama a arrepentirnos de nuestros pecados, a apartarnos de ellos y a vivir una vida en obediencia a su palabra.
El arrepentimiento es un paso esencial en nuestro camino de fe. Significa reconocer nuestros pecados, sentir pesar genuino por ellos y cambiar nuestra forma de pensar y actuar. No podemos seguir viviendo en la esclavitud del pecado, sino que debemos esforzarnos por vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Solo a través del arrepentimiento y la entrega total a Cristo podemos experimentar la verdadera vida y libertad que Dios tiene para nosotros.
Queridos hermanos y hermanas, no permitamos que el pecado nos aleje de Dios y nos lleve a la muerte espiritual. Recordemos siempre la cita bíblica que nos dice que “el alma que pecare, esa morirá”. Pero también recordemos que Dios nos ofrece su amor, gracia y perdón a través de Jesucristo. Aprovechemos esta oportunidad para arrepentirnos sinceramente, recibir el perdón de Dios y caminar en obediencia a su palabra.
Que cada día de nuestras vidas sea una oportunidad para renunciar al pecado y buscar una relación más profunda con nuestro amado Padre celestial. Que la cita bíblica “El alma que pecare, esa morirá” nos recuerde la importancia de vivir una vida en santidad y obediencia a Dios. Y que el poder transformador del Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en este camino.
En conclusión, mis amados hermanos y hermanas, la cita bíblica “El alma que pecare, esa morirá” nos recuerda la seriedad del pecado y sus consecuencias. Pero también nos ofrece una esperanza inigualable a través de Jesucristo. No permitamos que el pecado nos aleje de Dios, sino que busquemos su perdón y vivamos en obediencia a su palabra. Que esta verdad nos inspire y nos lleve a una vida de fe y entrega total a nuestro amado Señor.
Cita Bíblica: “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:20)