Conéctate Con Dios

Cita Bíblica: Los muertos no saben nada - Un enigma divino


Cita Bíblica: Los Muertos Nada Saben

¡Amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes una verdad poderosa y consoladora que encontramos en la Palabra de Dios. Esta verdad se encuentra en una cita bíblica específica que se repite tres veces en este mensaje: «Los muertos nada saben». Esta declaración, aunque puede parecer desconcertante a primera vista, es una fuente de esperanza y consuelo para todos aquellos que confiamos en el Señor Jesucristo.

Cuando nos enfrentamos a la realidad de la muerte, es natural tener preguntas y dudas sobre lo que sucede después de que dejamos este mundo. Sin embargo, la Biblia nos asegura que los muertos nada saben. Esta afirmación se encuentra en Eclesiastés 9:5, donde se nos dice: «Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido».

Esta verdad nos recuerda que, una vez que fallecemos, no tenemos conocimiento ni conciencia de lo que ocurre en la tierra. No podemos comunicarnos con los vivos ni influir en sus vidas de ninguna manera. Nuestra existencia terrenal ha llegado a su fin, y nuestra atención y destino se encuentran en las manos de nuestro amado Salvador.

Es importante entender esta verdad para evitar caer en prácticas que buscan comunicarse con los muertos, como el espiritismo o la necromancia. La Biblia nos prohíbe participar en estas actividades, ya que no solo son vanas y engañosas, sino que también pueden abrir puertas espirituales peligrosas. En Deuteronomio 18:11-12, Dios nos advierte: «No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos».

En lugar de buscar respuestas en lugares equivocados, debemos dirigirnos a la Palabra de Dios para encontrar consuelo y esperanza. Aunque los muertos nada saben, nosotros, los vivos, tenemos la bendición de conocer al Dios vivo y verdadero. En Éxodo 3:6, cuando Dios se revela a Moisés en la zarza ardiente, le dice: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Estas palabras nos muestran que nuestro Dios es el Dios de los vivos, incluso después de que sus siervos hayan partido de este mundo.

Además, como creyentes en Jesucristo, tenemos la promesa de la vida eterna. En Juan 11:25-26, Jesús nos dice: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente». Esta promesa nos asegura que, aunque físicamente muramos, viviremos eternamente con nuestro Salvador en el cielo.

Queridos hermanos y hermanas, no permitamos que la incertidumbre y las dudas sobre la muerte nos consuman. Recordemos siempre la poderosa verdad encontrada en la Palabra de Dios: «Los muertos nada saben». Confíemos en el Señor y su promesa de vida eterna. Busquemos consuelo y esperanza en su presencia y en su amor inmutable.

Al final de este mensaje, quiero enfatizar nuevamente esta cita bíblica tan significativa: «Los muertos nada saben». No hay conocimiento ni conciencia en la muerte, pero hay vida y esperanza en nuestro amado Salvador Jesucristo. Que esta verdad nos guíe y nos dé consuelo en todos los momentos de nuestra vida.

Cita Bíblica: Los Muertos Nada Saben. Cita Bíblica: Los Muertos Nada Saben. Cita Bíblica: Los Muertos Nada Saben.