Cita Bíblica: “Mas bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35, RV)
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje bíblico que nos enseña una invaluable lección sobre la importancia de dar. En Hechos 20:35, encontramos la cita bíblica “Mas bienaventurado es dar que recibir”. Esta poderosa declaración nos invita a reflexionar sobre la bendición que viene al dar y cómo podemos aplicar este principio en nuestras vidas.
El acto de dar es un reflejo del amor de Dios hacia nosotros. Nuestro Padre celestial es un Dios generoso, y en Su amor inmenso dio a Su único Hijo, Jesús, para que muriera en la cruz por nuestros pecados. Es a través de este sacrificio que hemos recibido la salvación y vida eterna. Dios nos ha dado mucho más de lo que merecemos, y al seguir Su ejemplo, podemos experimentar la plenitud de Su amor al dar a los demás.
Al dar, no solo estamos bendiciendo a aquellos que reciben, sino que también estamos abriendo las puertas para que Dios derrame más bendiciones sobre nuestras vidas. La Palabra de Dios nos enseña en Proverbios 11:25: “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. Cuando damos de corazón, sin esperar nada a cambio, estamos sembrando semillas de bondad y amor que Dios se encargará de multiplicar en nuestras vidas.
El dar nos libera del egoísmo y nos permite experimentar la alegría de compartir con otros. En 2 Corintios 9:7 leemos: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Cuando damos con alegría, reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Dios y que somos meros administradores de Sus bendiciones. Al ser generosos con nuestros recursos, tiempo y talentos, estamos demostrando nuestro amor por Dios y nuestro prójimo.
El dar no se limita solo a lo material, sino que también podemos dar amor, compasión, consuelo y apoyo emocional a aquellos que lo necesitan. En ocasiones, un simple gesto o una palabra de aliento puede marcar la diferencia en la vida de alguien. Dios nos ha llamado a ser Sus manos y pies en este mundo, y una de las formas en que podemos expresar Su amor es a través del acto de dar.
Cuando damos, también estamos siguiendo el ejemplo de Jesús. Él nos enseñó a amar y servir a los demás, y Su vida fue un testimonio de generosidad y compasión. En Juan 15:13, Jesús declaró: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. El mayor acto de amor y entrega fue la muerte de Jesús en la cruz por la humanidad. Siguiendo Sus pasos, podemos encontrar verdadera felicidad al dar a los demás.
Hermanos y hermanas, recordemos siempre que “Mas bienaventurado es dar que recibir”. Al dar, estamos imitando el amor de Dios y compartiendo Sus bendiciones con aquellos que nos rodean. No importa cuánto tengamos, siempre hay algo que podemos dar. No permitamos que el egoísmo y la codicia nos alejen de la alegría y la plenitud que provienen de dar con generosidad.
Oremos para que Dios nos dé un corazón dispuesto a dar, para que podamos ser instrumentos de Su amor y bendición en este mundo. Recordemos que el dar no solo nos beneficia a nosotros mismos, sino que también bendice a aquellos que reciben y honra a nuestro Padre celestial. Que el amor de Dios fluya a través de nosotros y nos inspire a ser generosos en todo momento.
Cita Bíblica: “Mas bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35, RV)
Que esta cita bíblica resuene en nuestros corazones y nos motive a vivir vidas de generosidad y amor. No importa cuánto recibamos, siempre habrá una mayor satisfacción y gozo al dar. Sigamos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo y compartamos el amor de Dios con todos aquellos que nos rodean.
Que Dios les bendiga ricamente y les llene de Su gracia y compasión mientras se dedican a dar. Amen.