Cita Bíblica Mateo 26:26-28
En la vida de todo creyente, existen momentos cruciales en los que podemos sentirnos desanimados, débiles o incluso perdidos. Sin embargo, en medio de nuestras luchas y dificultades, existe una promesa que nos llena de esperanza y renovación. Esta promesa se encuentra en la Palabra de Dios, específicamente en Mateo 26:26-28:
“Mientras comían, Jesús tomó el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”.
Estas palabras de Jesús nos recuerdan la importancia de su sacrificio en la cruz por nosotros. Él fue dispuesto a dar su vida para que pudiéramos ser salvos y tener una relación íntima con Dios. En este pasaje, Jesús instituyó la Santa Cena como un recordatorio de su sacrificio y como una manera de renovar nuestra fe y fortaleza espiritual.
La Santa Cena es un momento sagrado en el que recordamos el amor inmenso de Cristo hacia nosotros. Al participar de este acto, nos sumergimos en la realidad de su sacrificio y nos identificamos con su muerte y resurrección. Es un recordatorio poderoso de que a través de la sangre de Jesús, hemos sido redimidos y perdonados de nuestros pecados.
Cuando Jesús dijo: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo”, nos invita a recibirlo a Él en nuestra vida. Él es el pan de vida que nos da sustento y fuerza espiritual. Nos anima a alimentarnos de su Palabra y a tener comunión con Él a través de la oración y la adoración. En esos momentos, encontramos consuelo y renovación para nuestro espíritu.
Asimismo, cuando Jesús dijo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto”, nos recuerda que su sangre ha sellado un nuevo pacto con Dios. A través de su sangre derramada, tenemos acceso a la gracia y al perdón divino. Ya no estamos bajo la condenación del pecado, sino que somos libres para vivir en la plenitud de la vida que Cristo nos ofrece.
Esta promesa de perdón y restauración es para todos. Jesús dijo: “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”. Su amor y sacrificio no conocen límites, y su deseo es que todos puedan experimentar la redención y la vida eterna que Él ofrece.
En estos tiempos desafiantes, es fundamental recordar esta promesa y aferrarnos a ella. Jesús nos ofrece su cuerpo y su sangre como una fuente inagotable de fortaleza y esperanza. No importa cuán difíciles sean nuestras circunstancias, podemos encontrar consuelo y paz en su presencia.
Al participar en la Santa Cena, estamos recordando y proclamando públicamente que creemos en el sacrificio de Jesús y que confiamos en su poder para transformar nuestras vidas. Es un momento de renovación espiritual, en el que podemos dejar atrás nuestras preocupaciones y cargar nuestras cargas sobre Él.
Querido creyente, no importa cuán grande sea tu lucha o cuán oscuro sea tu camino, recuerda siempre la promesa de Mateo 26:26-28. Permítete ser fortalecido y renovado por el amor y el sacrificio de Jesús. Él está contigo en cada paso del camino y su gracia es suficiente para ti.
En la Santa Cena, recordamos que Jesús es nuestro pan de vida y la fuente de nuestra redención. Al comer de su cuerpo y beber de su sangre, nos alimentamos espiritualmente y nos llenamos de su presencia. Hoy, te invito a participar en este acto sagrado y recibir el poderoso recordatorio de la promesa de Dios en tu vida.
Cita Bíblica Mateo 26:26-28
En la celebración de la Santa Cena, recordamos las palabras de Jesús: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo” y “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto”. En estas palabras encontramos vida, esperanza y renovación. Que en cada participación de la Santa Cena podamos experimentar la plenitud de su gracia y el poder transformador de su amor en nuestras vidas.
Cita Bíblica Mateo 26:26-28