Cita Bíblica donde dice Si mi pueblo se humillare: 2 Crónicas 7:14 (RVR1960)
«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy me gustaría compartir con ustedes una poderosa promesa que encontramos en la Palabra de Dios. En 2 Crónicas 7:14, leemos las palabras del Señor: «Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Estas palabras del Señor nos enseñan la importancia de la humildad y la oración en la vida de un creyente y cómo pueden tener un impacto poderoso en nuestras vidas y en nuestra nación. Dios nos dice claramente que si nos humillamos, oramos, buscamos Su rostro y nos volvemos de nuestros malos caminos, Él nos escuchará desde los cielos, perdonará nuestros pecados y sanará nuestra tierra.
La humildad es un valor fundamental para el cristiano. Nos recuerda que no somos dueños de nuestras vidas, sino que pertenecemos a Dios. Al reconocer nuestra dependencia de Él, nos abrimos a Su poder y gracia. La humildad nos permite reconocer nuestros errores y pecados, y nos impulsa a buscar el perdón y el arrepentimiento.
La oración es la forma en que nos comunicamos con Dios. Es a través de la oración que podemos expresar nuestros deseos y necesidades, pero también es un tiempo para escuchar la voz de Dios. Cuando nos humillamos delante de Él en oración, nos conectamos con Su corazón y nos alineamos con Su voluntad. La oración nos permite experimentar la presencia de Dios y recibir Su dirección y sabiduría.
Buscar el rostro de Dios implica un deseo intenso de conocerlo más profundamente. Es dejar de lado las distracciones del mundo y enfocarnos en Él. Buscar Su rostro implica estudiar Su Palabra, meditar en ella y pasar tiempo en Su presencia. Cuando buscamos el rostro de Dios, experimentamos Su amor y gracia de manera más íntima.
El arrepentimiento es vital para nuestro crecimiento espiritual. Significa alejarnos de nuestros malos caminos y volvemos a Dios. Cuando reconocemos nuestros pecados y nos arrepentimos genuinamente, abrimos la puerta para que Dios transforme nuestras vidas. Él nos perdona y nos da una nueva oportunidad. El arrepentimiento nos permite ser restaurados y experimentar la sanidad de Dios en nuestras vidas.
Hermanos y hermanas, vivimos en un mundo lleno de desafíos y dificultades. Pero Dios nos ofrece una promesa maravillosa en 2 Crónicas 7:14. Si nos humillamos, oramos, buscamos Su rostro y nos volvemos de nuestros malos caminos, Él nos escuchará, perdonará nuestros pecados y sanará nuestra tierra.
Esta promesa no es solo para el pueblo de Israel en la antigüedad, sino para nosotros hoy. Como pueblo de Dios, tenemos la responsabilidad de humillarnos, orar y buscar a Dios en todo momento. Nuestra nación necesita desesperadamente el perdón y la sanidad de Dios. Tenemos el poder para cambiar las circunstancias a través de nuestra humildad y oración.
No subestimemos el poder de nuestra humildad y oración. Podemos marcar la diferencia en nuestras vidas, en nuestras familias y en nuestra nación. Si nos humillamos, oramos, buscamos a Dios y nos volvemos de nuestros malos caminos, Él promete intervenir y traer sanidad y restauración.
Cita Bíblica donde dice Si mi pueblo se humillare: 2 Crónicas 7:14 (RVR1960)
«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Hermanos y hermanas, estemos dispuestos a humillarnos delante de Dios, a orar fervientemente, a buscar Su rostro y a arrepentirnos de nuestros pecados. No subestimemos el poder de nuestra humildad y oración. Dios está esperando para oírnos, perdonarnos y sanar nuestras vidas y nuestra nación. Confíemos en Su promesa y busquemos Su voluntad en todo momento.
Cita Bíblica donde dice Si mi pueblo se humillare: 2 Crónicas 7:14 (RVR1960)
«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Que estas palabras del Señor nos inspiren a vivir vidas de humildad y oración constante. Que busquemos Su rostro y nos volvamos de nuestros malos caminos. Dios está dispuesto a escucharnos, perdonarnos y sanar nuestra tierra. Depende de nosotros responder a Su llamado y experimentar Su poder y gracia en nuestras vidas.
Que la promesa de 2 Crónicas 7:14 sea nuestro recordatorio constante de la importancia de la humildad y la oración. Que nos impulsen a buscar a Dios en todo momento y a confiar en Su poder transformador. Que nos animen a ser agentes de cambio en nuestras vidas y en nuestra nación a través de nuestra humildad y oración.
Cita Bíblica donde dice Si mi pueblo se humillare: 2 Crónicas 7:14 (RVR1960)
«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.»
Que la promesa de Dios en esta escritura sea nuestra guía y motivación para vivir vidas de humildad y oración. Que nuestras acciones y palabras reflejen nuestra dependencia de Él y nuestro deseo de buscar Su rostro. Que nos convirtamos en instrumentos de Su amor y gracia en un mundo que tanto lo necesita.
Que Dios nos dé la fortaleza y la sabiduría para vivir de acuerdo con Su palabra y para ser una luz en medio de la oscuridad. Que nos humillemos, oremos, busquemos a Dios y nos volvamos de nuestros malos caminos. Que experimentemos el perdón, la sanidad y el amor transformador de nuestro Padre celestial.
Cita Bíblica donde dice Si mi pueblo se humillare: 2 Crónicas 7:14 (RVR1960)