Cita Bíblica: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15).
¡Saludos, amados hermanos y hermanas en Cristo!
Hoy quiero compartir con ustedes una poderosa cita bíblica que nos ha sido encomendada por nuestro Señor Jesucristo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15). Estas palabras de Jesús resuenan en nuestros corazones como un llamado a la acción, a salir de nuestra zona de confort y llevar el mensaje de salvación a todos los rincones del mundo.
Cuando Jesús pronunció estas palabras, estaba dejando claro cuál era la misión de sus discípulos y, por ende, también la nuestra. No somos llamados a quedarnos encerrados en nuestras iglesias, conformándonos con ser buenos cristianos entre nosotros. No, Jesús nos llama a ir más allá, a llevar su amor y su mensaje a aquellos que aún no lo conocen.
Es fácil sentirnos intimidados por esta tarea tan grande. Nos pueden surgir preguntas como: «¿Cómo puedo hacer una diferencia en un mundo tan vasto y necesitado?» o «¿Será que tengo lo necesario para compartir el evangelio de manera efectiva?». Pero quiero recordarles que no estamos solos en esta misión. Jesús prometió estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20). Él nos equipará y fortalecerá para cumplir su llamado.
Cada uno de nosotros tiene un papel único en esta gran obra. Algunos serán llamados a ser misioneros, dejando su hogar y su comodidad para llevar el mensaje de salvación a lugares remotos. Otros serán llamados a ser testigos en su propia comunidad, en sus lugares de trabajo o en su círculo de amigos. No importa cuál sea nuestro contexto, todos podemos ser instrumentos en las manos de Dios para compartir su amor.
Es importante recordar que no se trata solo de predicar con palabras, sino también de predicar con nuestras acciones. Nuestro testimonio de vida habla más fuerte que cualquier sermón. Cuando vivimos de acuerdo con los principios del evangelio, cuando amamos a nuestro prójimo y nos preocupamos por las necesidades de los demás, estamos predicando el evangelio de manera tangible y poderosa.
Es natural que sintamos miedo o inseguridad al enfrentar esta tarea. Pero debemos recordar que no estamos llamados a depender de nuestra propia fuerza o sabiduría. El Espíritu Santo nos guiará y nos dará las palabras adecuadas en cada situación (Lucas 12:12). Nuestro papel es simplemente estar dispuestos y obedientes a seguir el llamado de Jesús.
Amados hermanos y hermanas, el mandato de Jesús es claro: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15). No es una opción, es una responsabilidad que tenemos como seguidores de Cristo. No dejemos que el temor o la comodidad nos detengan. Confíemos en que Dios nos capacitará y nos acompañará en cada paso que demos.
Recordemos siempre que el propósito detrás de este mandato es el amor de Dios por la humanidad. Él no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan y encuentren la salvación en Cristo (2 Pedro 3:9). Nuestra labor es ser portadores de esa gracia y ese amor, llevando esperanza a aquellos que están perdidos y necesitados.
Así que, hermanos y hermanas, levantémonos con valentía y determinación. Que esta cita bíblica, «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15), sea nuestro lema y nuestra guía en cada paso que demos. Que podamos ser fieles a nuestro llamado y ser instrumentos de bendición en manos de nuestro Dios.
Que Dios los bendiga abundantemente en esta misión. ¡Adelante, hermanos y hermanas, el mundo espera escuchar el mensaje de salvación!
Cita Bíblica: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15).