Cita Bíblica Viernes Santo: Reflexionando sobre el Sacrificio de Jesús
¡Bendiciones, amados hermanos y hermanas en Cristo! Hoy nos reunimos en este día tan especial, el Viernes Santo, para reflexionar sobre el sacrificio supremo de nuestro Señor Jesucristo en la cruz. Es un día de profunda tristeza y, a la vez, de inmenso amor y esperanza. Acompañemos juntos en este recorrido espiritual mientras examinamos la Cita Bíblica Viernes Santo y lo que representa para nuestra fe.
El Viernes Santo nos lleva de regreso al Calvario, a aquel día en que Jesús, el Hijo de Dios, fue crucificado por nuestros pecados. Recordemos las palabras de Jesús en Mateo 26:39, cuando en el Huerto de Getsemaní dijo: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú». Estas palabras nos revelan la profunda agonía y angustia que Jesús sintió al enfrentar el sacrificio que estaba por realizar.
En la cruz, Jesús llevó sobre sí mismo nuestros pecados y nuestras transgresiones. Como se nos dice en Isaías 53:5: «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados». En ese momento de oscuridad y sufrimiento, Jesús se convirtió en el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Cuando contemplamos la cruz, no podemos evitar sentirnos conmovidos por el amor inmenso que Jesús nos mostró. En Juan 15:13, Jesús nos dice: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos». Jesús no solo murió por nosotros, sino que lo hizo voluntariamente, por amor. Él fue el único capaz de cumplir con el sacrificio perfecto que nos reconciliaría con Dios y nos daría la esperanza de vida eterna.
En este día sagrado, recordemos también las palabras de Jesús en Mateo 27:46: «Y cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?». En este momento, Jesús experimentó la separación temporal de su Padre celestial, llevando sobre sí la carga de nuestros pecados. Pero gracias a su sacrificio, ahora podemos tener una comunión íntima con Dios y ser restaurados en su presencia.
La crucifixión de Jesús no fue el fin de la historia, sino el comienzo de una nueva era de salvación y redención. A través de su muerte y resurrección, Jesús nos abrió las puertas del cielo y nos ofreció la reconciliación con Dios. Como se nos dice en Romanos 6:23: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro». Gracias a Jesús, tenemos la esperanza de vida eterna y la promesa de un futuro glorioso junto a Él.
Hermanos y hermanas, en este Viernes Santo, no olvidemos el significado profundo de la Cita Bíblica Viernes Santo. A través de ella, somos recordados del amor inmenso de Dios, manifestado en el sacrificio de Jesús en la cruz. Somos desafiados a reflexionar sobre nuestra propia fe y a responder al llamado de seguir a Jesús, tomando nuestra cruz diariamente.
Que este día sagrado sea un recordatorio constante de la gracia y el amor sin medida que Dios nos ha mostrado. Aprendamos de Jesús, quien nos enseñó a amar incondicionalmente y a perdonar, incluso en medio del sufrimiento. Que el Viernes Santo sea un momento de renovación espiritual, donde nos acerquemos más a Dios y nos comprometamos a vivir una vida en obediencia y servicio a Él.
Que cada vez que contemplemos la cruz, recordemos la Cita Bíblica Viernes Santo y la importancia de este día en nuestra fe. Que nos llenemos de gratitud y adoración, sabiendo que Jesús, nuestro Salvador, murió por nosotros y resucitó victorioso. Porque en la cruz encontramos el poder para transformar nuestras vidas y la esperanza de una eternidad en la presencia de nuestro amado Señor.
Cita Bíblica Viernes Santo: Mateo 26:39, Isaías 53:5, Juan 15:13, Mateo 27:46, Romanos 6:23.