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Deléitate en el Señor: Salmos 27:4 revela el gozo sublime


Salmos 27:4: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero hablarles sobre un versículo poderoso y conmovedor del libro de los Salmos, específicamente Salmos 27:4. Este pasaje nos habla de una petición especial que el salmista hace a Dios, una petición que debería resonar en nuestros corazones y ser una prioridad en nuestras vidas como creyentes.

El salmista comienza diciendo: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré…» Esta declaración nos muestra la determinación y la pasión del salmista por buscar algo específico en la presencia de Dios. No se trata de una solicitud superficial o materialista, sino de algo mucho más profundo y espiritual.

¿Cuál es esa «una cosa» que el salmista busca con tanto fervor? Nos lo revela en la segunda parte del versículo: «…que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.» La única cosa que el salmista anhela es estar en la presencia de Dios, en su casa, para contemplar su hermosura y buscar su sabiduría.

Hermanos y hermanas, cuántas veces nos distraemos con las cosas del mundo y ponemos nuestra atención en lo terrenal en lugar de lo celestial. Nos preocupamos por nuestras necesidades materiales, nuestras metas personales y nuestras ambiciones, olvidando que la verdadera satisfacción y plenitud solo se encuentran en la presencia de nuestro amado Padre celestial.

El salmista nos muestra el camino correcto, esa búsqueda constante de estar en la presencia de Dios todos los días de nuestra vida. No se trata de una visita ocasional a la iglesia los domingos, sino de una comunión continua con nuestro Creador. En su presencia encontramos paz, consuelo, dirección y todo lo que necesitamos para enfrentar los desafíos de la vida.

Al contemplar la hermosura de Jehová, nos maravillamos de su grandeza, su amor incondicional, su misericordia infinita y su poder para transformar nuestras vidas. Es en su presencia donde encontramos fortaleza para superar las adversidades, esperanza para seguir adelante y gozo en medio de las pruebas.

Además, buscar a Dios en su templo es buscar su sabiduría y dirección. En su presencia, encontramos respuestas a nuestras preguntas, consuelo para nuestras preocupaciones y guía para nuestros pasos. Él conoce nuestro futuro y tiene planes maravillosos para nosotros. Cuando buscamos su voluntad, podemos confiar en que nos guiará por el mejor camino.

Hermanos y hermanas, no permitamos que las distracciones de este mundo nos alejen de la verdadera esencia de nuestra fe. No dejemos que las preocupaciones diarias nos impidan buscar la presencia de Dios. Hagamos de Salmos 27:4 nuestro lema y comprometámonos a estar en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.

Que este versículo sea nuestro recordatorio constante de que solo en la presencia de Dios encontramos verdadera plenitud y satisfacción. Que nuestra mayor pasión sea buscar su rostro y contemplar su hermosura. Y que, a medida que inquirimos en su templo, seamos llenos de su sabiduría y dirección para vivir vidas que le glorifiquen.

En conclusión, hermanos y hermanas, Salmos 27:4 nos invita a buscar la presencia de Dios con todo nuestro ser. No permitamos que nada nos aparte de su casa, de su hermosura y de su sabiduría. Que este versículo sea nuestro anhelo diario y nuestra guía en cada paso que demos. ¡Que estemos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida!

Salmos 27:4: «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.»