Salmo 4.8 – “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes una poderosa promesa que encontramos en el Salmo 4.8. Este versículo nos habla de la paz que podemos encontrar al acostarnos y dormir, confiando plenamente en nuestro amado Señor.
Vivimos en un mundo lleno de preocupaciones y ansiedades. A menudo nos encontramos luchando con el estrés, las presiones y los temores que nos rodean. Pero en medio de todo esto, el Salmo 4.8 nos recuerda que podemos encontrar verdadera paz en Dios.
La paz que Dios nos ofrece va más allá de las circunstancias externas. No depende de cuánto dinero tengamos en el banco, de si tenemos o no un trabajo estable, o de cómo esté nuestra salud. La paz que Dios nos ofrece es una paz interior, una tranquilidad en nuestro corazón que solo puede provenir de Él.
Cuando el salmista dice: “En paz me acostaré”, nos muestra su confianza en Dios. Él reconoce que no importa lo que esté pasando en su vida, puede descansar tranquilo en los brazos de su Señor. No importa cuán grandes sean los problemas o cuán oscura sea la noche, puede confiar en que Dios tiene el control y cuidará de él.
Pero la promesa no termina allí. El salmista continúa diciendo: “y asimismo dormiré”. Esto nos muestra que no solo podemos encontrar paz al acostarnos, sino también durante el sueño. Muchas veces nuestras preocupaciones nos mantienen despiertos por la noche, pero Dios nos invita a entregarle nuestras cargas y descansar en Él.
Al dormir, estamos entregando nuestro control y confiando en que Dios nos cuidará incluso mientras estamos inconscientes. No importa qué pesares o temores nos atormenten, podemos encontrar paz en la seguridad de que Dios está siempre presente, velando por nosotros.
El salmista concluye diciendo: “porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Aquí encontramos la clave para experimentar verdadera paz y confianza en medio de las adversidades. No depende de nuestra fuerza o habilidades, sino de nuestra dependencia en Dios.
Cuando ponemos nuestra confianza en Dios, podemos vivir sin temor. Podemos enfrentar los desafíos de la vida con valentía y seguridad, sabiendo que Él está a nuestro lado. No importa cuán difíciles sean las circunstancias, podemos descansar en la certeza de que Dios nos sostiene con su mano poderosa.
Queridos hermanos y hermanas, que el Salmo 4.8 sea una promesa que nos inspire y nos dé esperanza en medio de cualquier situación que enfrentemos. Que recordemos siempre que en Dios encontramos paz al acostarnos y dormir, confiando plenamente en su amor y cuidado.
Que nuestra vida sea un testimonio vivo de la paz que solo Dios puede dar. Que nuestra confianza en Él brille en medio de la oscuridad y que otros puedan ver en nosotros el reflejo de su amor y fidelidad.
Encomendémonos cada noche a Dios, entregándole nuestras preocupaciones y descansando en su paz. Recordemos siempre que solo en Él encontramos la verdadera tranquilidad.
Salmo 4.8 – “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.”
Que esta promesa sea nuestro ancla en medio de las tormentas. Que en los momentos de angustia y temor, podamos encontrar descanso en la paz que solo Dios puede dar.
Amén.