¡Bienvenidos, hermanos y hermanas en Cristo!
Hoy quiero compartir con ustedes un pasaje de la Biblia que nos llena de esperanza y nos recuerda la fidelidad de nuestro amado Dios. En el Salmo 81:10, el Señor nos dice: “Yo soy el Señor tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. Abre tu boca, y yo la llenaré”.
Estas palabras nos revelan el carácter amoroso y poderoso de nuestro Padre celestial. Él es el Dios que nos ha liberado de la esclavitud del pecado, así como liberó al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. No importa cuáles sean las cadenas que nos atan, Dios tiene el poder de liberarnos y llevarnos a una vida de plenitud y propósito.
El Salmo 81:10 nos invita a abrir nuestra boca y confiar en que Dios nos llenará. ¿Qué significa esto? Significa que no debemos limitar el poder de Dios en nuestras vidas. Debemos creer que Él tiene el control y que puede hacer cosas maravillosas en nosotros y a través de nosotros.
En momentos de dificultad, es fácil caer en la queja y la desesperanza. Pero este versículo nos recuerda que Dios está listo y dispuesto a satisfacer nuestras necesidades. No importa cuán grande sea el problema que enfrentamos, Dios es aún más grande. Él nos pide que confiemos en Él y que abramos nuestra boca para recibir Su provisión.
Cuando abrimos nuestra boca, estamos declarando nuestra fe en Dios. Estamos reconociendo que Él es nuestro proveedor, nuestro refugio y nuestra fortaleza. Al hacerlo, le damos permiso a Dios para actuar en nuestras vidas de maneras asombrosas.
¿Alguna vez te has sentido insatisfecho o vacío? Tal vez has buscado la satisfacción en cosas materiales, relaciones o logros, pero nada parece llenar ese vacío en tu corazón. Permíteme decirte que solo Dios puede llenar ese vacío. Él nos llama a abrir nuestra boca para recibir Su amor, Su paz y Su gracia.
Cuando nos abrimos a Dios, Él nos llena con Su Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos da sabiduría, nos fortalece en tiempos de debilidad y nos guía en el camino de la verdad. No importa cuán desesperanzados o perdidos nos sintamos, Dios está siempre dispuesto a llenarnos con Su amor y Su poder.
Hermanos y hermanas, no hay límites para lo que Dios puede hacer en nuestras vidas. Él nos invita a abrir nuestra boca y permitirle actuar en nosotros. No importa cuán insignificantes o incapaces nos sintamos, Dios tiene un plan y un propósito para cada uno de nosotros.
En este momento, te animo a abrir tu boca y declarar tu fe en Dios. Permítele llenarte con Su amor, Su gracia y Su poder. Confía en que Él está trabajando en tu vida y que tiene grandes cosas preparadas para ti.
Recuerda siempre el Salmo 81:10: “Yo soy el Señor tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. Abre tu boca, y yo la llenaré”. Que estas palabras sean un recordatorio constante de la fidelidad y el amor de Dios en tu vida.
Que Dios te bendiga abundantemente y te llene con Su presencia y Su paz. ¡Amén!
Salmo 81:10: “Yo soy el Señor tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. Abre tu boca, y yo la llenaré”.
Salmo 81:10: “Yo soy el Señor tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. Abre tu boca, y yo la llenaré”.
Salmo 81:10: “Yo soy el Señor tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. Abre tu boca, y yo la llenaré”.