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Descubre el poderoso mensaje de Salmo 145:4


Salmo 145:4 – «Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos.»

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy quiero compartir con ustedes una porción especial de la Palabra de Dios que se encuentra en el Salmo 145:4. Este versículo nos habla de la importancia de transmitir de generación en generación las obras y los poderosos hechos de nuestro amado Señor.

En un mundo que parece estar cada vez más alejado de Dios y de sus maravillas, es vital que recordemos nuestra responsabilidad como creyentes de proclamar y celebrar las obras de nuestro Padre celestial. En este Salmo, el salmista David nos anima a ser portadores de la verdad, a compartir con otros las grandezas de nuestro Dios.

¿Cuántas veces hemos sido testigos de los poderosos hechos de Dios en nuestras vidas? Cuántas veces hemos experimentado su amor, su gracia y su fidelidad en medio de nuestras dificultades y pruebas. Estamos llamados a recordar y a proclamar estas maravillas a aquellos que nos rodean, a nuestras familias, amigos y vecinos. Debemos ser una generación que no se cansa de alabar y glorificar a Dios por todo lo que ha hecho y sigue haciendo en nuestras vidas.

La generación anterior nos ha transmitido su fe, nos ha enseñado acerca de Dios y nos ha mostrado el camino hacia la salvación. Ahora, es nuestro turno de hacer lo mismo por las futuras generaciones. Debemos ser fieles en compartir el evangelio, en enseñar a nuestros hijos y nietos acerca de las maravillas de Dios. No podemos permitir que la verdad se pierda en el olvido, sino que debemos mantener encendida la llama de la fe en aquellos que vendrán después de nosotros.

Imaginen un mundo en el que cada generación celebre las obras de Dios. Un mundo en el que cada persona conozca y experimente el poder transformador del amor de Dios. Ese es el mundo al que estamos llamados a construir, y todo comienza con nosotros. El Salmo 145:4 nos desafía a ser agentes de cambio, a ser portadores de esperanza y luz en medio de la oscuridad.

Mis amados hermanos y hermanas, no subestimemos el impacto que podemos tener al compartir las obras de Dios con aquellos que nos rodean. Nuestro testimonio puede tocar corazones y cambiar vidas. No tengamos miedo de hablar de lo que Dios ha hecho por nosotros, de contar nuestras experiencias y de mostrar su amor a través de nuestras acciones.

Recordemos siempre que no estamos solos en esta tarea. El Espíritu Santo nos guía y nos capacita para ser testigos eficaces del amor de Dios. Él nos infunde valentía y nos llena de palabras para proclamar su verdad. Confíemos en su poder y dejemos que Él obre a través de nosotros.

En conclusión, mis amados hermanos y hermanas, recordemos la importancia de generar de generación en generación la celebración de las obras de Dios y el anuncio de sus poderosos hechos. Seamos fieles en transmitir la verdad a aquellos que nos rodean, en enseñar a nuestros hijos y nietos acerca del amor y la fidelidad de nuestro Padre celestial. Recordemos que somos llamados a ser la generación que no se cansa de alabar y glorificar a Dios por todo lo que ha hecho y sigue haciendo en nuestras vidas.

Salmo 145:4 – «Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos.»

Que este versículo sea nuestro lema, nuestro recordatorio constante de nuestra misión como creyentes. Que cada día seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos de proclamar las maravillas de Dios. Que nuestras palabras y acciones sean un reflejo de su amor y gracia.

En el nombre de Jesús, amén.

Salmo 145:4 – «Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos.»