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Descubre la bendición de Salmo 86:12 ¡Caminemos en la verdad!


¡Alabado sea el Señor, nuestro Dios, por siempre y para siempre! Hoy quiero compartir con ustedes una palabra poderosa y reconfortante del Salmo 86:12 en la versión Reina-Valera de la Biblia.

El Salmo 86:12 dice: «Te alabaré, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre». Esta es una invitación para todos nosotros a alabar y glorificar al Señor con todo nuestro ser. Es un recordatorio de que debemos rendirle honor y reconocer su grandeza en nuestras vidas.

Cuando reflexiono sobre este versículo, me viene a la mente la historia del rey David. A lo largo de su vida, David enfrentó muchos desafíos y dificultades, pero siempre se mantuvo fiel al Señor y le dio toda la gloria. A pesar de sus errores y caídas, David entendió la importancia de alabar a Dios en todo momento.

Y así deberíamos ser nosotros. No importa cuál sea nuestra situación actual, debemos recordar que Dios es digno de toda nuestra alabanza. Incluso en medio de las pruebas y tribulaciones, debemos levantar nuestros corazones y glorificar su nombre. Nuestra adoración y gratitud deben ser constantes, sin importar las circunstancias que enfrentemos.

Cuando alabamos a Dios con todo nuestro corazón, nos estamos conectando con su presencia y su paz sobrenatural. Nuestra adoración crea un ambiente propicio para que Dios obre en nuestras vidas. Él nos fortalece, nos consuela y nos guía en medio de las tormentas. La alabanza es un arma poderosa que nos ayuda a vencer cualquier adversidad.

Además, cuando glorificamos a Dios, estamos declarando su grandeza y su poder sobre nuestras vidas. Estamos reconociendo que Él es nuestro Salvador y nuestro sustento. La alabanza nos ayuda a mantener nuestros ojos puestos en Él, en lugar de enfocarnos en nuestros problemas. Nos recuerda que Dios es más grande que cualquier dificultad que podamos enfrentar.

Quiero animarlos hoy a que se unan conmigo en alabar al Señor con todo su corazón. No importa cuál sea su situación actual, decidan levantar su voz y glorificar su nombre. Permítanme compartir una vez más el Salmo 86:12: «Te alabaré, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre».

Cuando alabamos a Dios con todo nuestro ser, experimentamos su presencia y su poder de una manera sobrenatural. Su Espíritu Santo nos llena de gozo y paz, y nos da la fuerza para enfrentar cualquier desafío. Además, nuestra alabanza también puede ser una inspiración para aquellos que nos rodean. Cuando otros ven nuestra adoración genuina, pueden ser motivados a buscar a Dios y experimentar su amor y poder en sus propias vidas.

Así que, hermanos y hermanas, no subestimen el poder de la alabanza. No importa cuán difíciles sean las circunstancias que enfrenten, alaben a Dios con todo su ser. Decidan hoy glorificar su nombre para siempre. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo de su amor y poder.

En conclusión, el Salmo 86:12 nos invita a alabar y glorificar al Señor con todo nuestro corazón. No importa cuál sea nuestra situación actual, debemos rendirle honor y reconocer su grandeza en nuestras vidas. La alabanza es una herramienta poderosa que nos conecta con la presencia y el poder de Dios. Por lo tanto, decido una vez más declarar: «Te alabaré, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre».

Que esta palabra sea una inspiración para ustedes hoy. Que sus corazones se llenen de alabanza y gratitud hacia nuestro amado Padre celestial. Que sus vidas sean un reflejo de su amor y misericordia. ¡Alabado sea el Señor, nuestro Dios, por siempre y para siempre! Amén.

Salmo 86:12: «Te alabaré, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre».