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Dios Es Bueno: Texto Bíblico que Revela Su Infinita Bondad


¡Dios es bueno! Esta es una verdad que nos llena de esperanza y nos anima a confiar en Él en todo momento. A lo largo de la Biblia, encontramos numerosos textos que nos revelan la bondad de Dios y nos invitan a confiar en Su amor inagotable.

En el libro de Salmos, el salmista proclama: “Bueno es Jehová; su misericordia es eterna, y su verdad por todas las generaciones” (Salmo 100:5, RV). Estas palabras nos recuerdan que la bondad de Dios no tiene límites. Su misericordia y fidelidad son constantes, y siempre podemos confiar en Él.

Cuando enfrentamos dificultades y pruebas en la vida, a veces puede resultar difícil recordar que Dios es bueno. Sin embargo, la Palabra de Dios nos asegura una y otra vez que Él está a nuestro lado, dispuesto a ayudarnos y reconfortarnos. El profeta Nahúm nos dice: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7, RV). En medio de nuestras angustias, Dios es nuestra fortaleza, nuestro refugio seguro.

Cuando miramos alrededor y vemos el sufrimiento y el mal en el mundo, es fácil preguntarse cómo puede ser que Dios sea bueno. Sin embargo, debemos recordar que vivimos en un mundo caído, afectado por el pecado y sus consecuencias. A pesar de esto, Dios sigue siendo bueno y su voluntad es restaurar y redimir a la humanidad.

En el Nuevo Testamento, encontramos una declaración poderosa sobre la bondad de Dios en el libro de Hechos: “Porque Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hechos 10:34-35, RV). Aquí vemos que Dios no muestra favoritismo, sino que acoge a todos aquellos que le temen y buscan hacer lo que es justo. Esta es una muestra de su bondad y amor hacia toda la humanidad.

Cuando experimentamos la bondad de Dios en nuestras vidas, nuestra respuesta natural debe ser la gratitud y la alabanza. El salmista nos exhorta: “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia” (Salmo 106:1, RV). La misericordia de Dios nunca se agota, y es motivo suficiente para alabarle y darle gracias.

En medio de nuestras luchas y aflicciones, es importante recordar que Dios es bueno y siempre está dispuesto a ayudarnos. El apóstol Pablo nos anima con estas palabras en Romanos: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28, RV). Aunque no siempre entendamos el propósito detrás de nuestras pruebas, podemos confiar en que Dios las utiliza para nuestro bien y su gloria.

Dios es bueno en todo momento y en toda circunstancia. No importa cuán oscuro parezca el camino, Su bondad nos ilumina y nos guía. Por lo tanto, no dejemos que las dificultades nos hagan dudar de Su bondad, sino que confiemos en Él y esperemos en Su promesa de que “bueno es Jehová para los que en él esperan” (Lamentaciones 3:25, RV).

En conclusión, Dios es bueno y su bondad se extiende a lo largo de todas las generaciones. Aunque el mundo pueda parecer lleno de maldad y sufrimiento, podemos confiar en que Dios está con nosotros, dispuesto a ayudarnos y mostrarnos Su amor. No olvidemos nunca esta verdad fundamental: ¡Dios es bueno!